Como este aceite no aporta unas propiedades físicas idóneas al saponificar, es conveniente mezclarlo con otros para equilibrar la fórmula, en especial con los que tengan mayor poder de dureza, limpieza y persistencia. Se puede agregar tanto en la traza como en los aceites base, en unas proporciones no superior al 20%.
Propiedades físicas al saponificar:
Dureza: 39.
Burbujas: 55.
Persistencia: 43.
Limpieza: 40.
Acondicionado: 57.
Yodo: 93.
INS: 104.
Propiedades cosméticas:
Tiene un delicioso olor y sabor característico a cacahuete que lo hacen muy agradable para usar como aceite corporal, ya que además su textura es ligera y es absorbido rápidamente por la piel.
Su poder de penetración es profundo, por lo tanto resulta ideal como vehículo para los aceites esenciales y así tratar zonas concretas. Por ello, es muy frecuente su uso como aceite de masajes y porque además calma las articulaciones doloridas con su efecto calor.
Es adecuado para todo tipo de pieles: grasas o mixtas, ya que las limpia e hidrata sin dejar film grasiento, pieles secas o deshidratadas, ya que tiene un alto poder emoliente y suavizante, también para pieles delicadas, gracias a su capacidad calmante, y muy recomendable en pieles maduras, por su aporte en nutrición y alto contenido en vitamina E, que es un poderoso antioxidante y regenerador celular.
Lo podemos utilizar tanto en el cabello como en el cuerpo, de hecho es muy frecuente encontrarlo en productos cosméticos como champús y cremas fáciles o corporales.
También es un aceite comestible y utilizado principalmente para cocinar al wok, ya que tiene el poder de soportar altas temperaturas.
Fuente: este post proviene de Como hacer jabones, donde puedes consultar el contenido original.
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