dureza, derretida junto con los aceites base (ya que la temperatura de fusión es de unos 65ºC), y en una dosis no superior al 12%. Además, cómo es una grasa que no enrancia (tiene el índice de yodo bajísimo), es muy aconsejable su inclusión en jabones elaborados con aceites usados o mantecas de origen animal, para retrasar su enranciamiento.
Propiedades físicas al saponificar:
Dureza: 150.
Burbujas: 0.
Persistencia: 0.
Limpieza: 0.
Acondicionado: 65.
Yodo: 10.
INS: 84.
Propiedades cosméticas:
La cera de abejas es ampliamente utilizada en cosmética, sobre todo como emulsionante en cremas o bálsamos destinados a cutis secos y zonas de la piel con durezas o descamadas (labios agrietados, talones, codos, etc.) ya que tiene la capacidad de reblandecer las células muertas facilitando su eliminación.
Crea una capa oclusiva sobre la piel que evita la pérdida de agua y la protege de las agresiones exteriores, que es un factor muy positivo para una piel madura pero poco recomendable para pieles mixtas o grasas ya que obstruye los poros e impide su transpiración (es comedogénica).
Es nutritiva, antioxidante, astringente, antiinflamatoria, calmante, cicatrizante y calma las irritaciones de la piel.
La encontramos como ingrediente en bálsamos, pomadas, ungüentos, cremas antiedad y leches de limpieza para pieles secas. Aporta densidad a las emulsiones y una textura gruesa.
Las distintas variedades que existen en el mercado (virgen pura, purificada, amarilla o blanca) son ceras tratadas con el objetivo de reducir su impermeabilidad y aumentar su poder emulsionante.
Puedes encontrar varias recetas elaboradas por nosotras con este ingrediente en los siguientes enlaces: bálsamo labial hidratante, crema para piel madura y cómo hacer perfumes sólidos.