En la actualidad la actuación de España frente al cambio climático ha venido transformándose en un sube y baja, ocupando para el 2019 la posición 38 en un ranking de países que están en constante lucha por la disminución de las emisiones de gases efecto invernadero.
En 2014, España llegó a ocupar el puesto 23 y en sólo cinco años ha caído 15 lugares, debido a las malas políticas que se han venido suscitando
Las emisiones han seguido una preocupante tendencia al alza, a pesar de los innumerables convenios, normativas y sistemas legales que envuelve la temática climática, tanto a nivel mundial como nacional.
Tras los datos arrojados por el índice elaborado por Germanwatch y el Instituto New Climate junto con la Red de Acción Climática (CAN), muestran que después de tres años consecutivos en los que las emisiones de dióxido de carbono mundiales permanecieron estables, estas han vuelto a aumentar y se prevé que mantenga esta tendencia.
Si bien ha existido un aumento continuo en la implementación en el uso de energías renovables, existe una marcada falta de voluntad política en la mayoría de los gobiernos para la eliminación del combustible fósil.
Inversiones españolas
En 2014 el gobierno español solo aportó el 14 % de la inversión, la cual se había comprometido a aportar al Fondo Verde para el Clima, para coadyuvar a los esfuerzos de países en vías de desarrollo para alcanzar sus metas sobre la adaptación y mitigación al cambio climático.
Hasta los momentos, España sólo ha colaborado con 17 millones de euros, de los 120 millones de euros que inicialmente se había comprometido a aportar, dejando claro que en algunos casos la voluntad política puede llegar a ser finita.
En España ocurren situaciones donde funcionarios públicos de alto cargo en el Gobierno logran a formar parte de Consejos de Administraciones de grandes empresas, Ana Barreira directora del Instituto Internacional del Derecho y Medio Ambiente expresó que la política se tiende a ver como una oportunidad para escalar posiciones en la sociedad y no como un servicio.
Lo que supone que esto es una de las razones por las cuales continúa la defensa de los vehículos de combustión interna, pudiendo pensar que las medidas para erradicar esta situación van más en contra las clases trabajadoras que a su favor.
Un ejemplo de ello, es que la fábrica de Mercedes Benz, ubicada en Valladolid, depende directamente de la elaboración de estos vehículos y que además estos no son comercializados dentro del país, sino que son exportados a países como Reino Unido que es uno de los principales que está estableciendo estrategias para el cambio climático.
En general, solo muy pocos países han disminuido e implementado estrategias para limitar el calentamiento global por debajo de 2 grados según los objetivos acordados en el Acuerdo de París en el 2015.