La pobreza y la ausencia de opciones para mejorar su vida en su lugar de origen hacen que muchas mujeres asuman los riesgos de embarcarse en una aventura que las llevará lejos de su hogar en busca de un futuro mejor.
Todas ellas son engañadas y coaccionadas. A algunas les ofrecen falsos trabajos muy bien remunerados en el servicio doméstico, otras saben que tendrán que prostituirse, pero no tienen idea de en qué terribles condiciones. Piensan que en unos meses ganarán lo suficiente para cambiar su vida y se encuentran con una ‘deuda’ que tardarán años en pagar a los traficantes.
Sufren indefensión y pierden por completo el control de sus vidas, que pasa a sus explotadores. Ellos serán quienes decidan cuándo pueden descansar y a quien deben venderse. También son sometidas a maltrato físico y psicológico.
¿Cuál es el perfil de las víctimas en España?
La mayoría provienen de Europa del Este y de países latinoamericanos como Colombia, Ecuador, República Dominicana o Brasil.Según la asociación Proyecto Esperanza, las mujeres que acuden a ellos en busca de ayuda son de “entre 18 y 30 años, con un nivel cultural medio. Son procedentes de 17 países distintos, básicamente de América Latina y Europa del Este. Con responsabilidades familiares (hijos a cargo, particularmente las latinoamericanas)”.
Son mujeres fuertes, que “tienen la capacidad para arriesgar e intentar nuevas salidas”, además no se mueven “en los círculos más absolutos de pobreza en sus países de origen”, según la organización.
¿Cómo las retienen?
Los traficantes les quitan el pasaporte, las privan de libertad y ejercen la violencia con ellas. Suelen amenazarlas con contar en su tierra a qué se dedican e, incluso, con dañar a sus familias.Desde el Proyecto Esperanza, también señalan que “por otra parte, la familia depende de la mujer. Se la convierte en un recurso de sostenimiento dentro de una situación de supervivencia”. Asimismo, ella siente la necesidad de demostrar “que ha salido, que su experiencia es un éxito”.
También hay redes que la obligan a transportar y a consumir drogas para controlarlas mejor a través de su adicción, que se convierte en su única vía de escape.
Legislación
Las leyes sobre comercio sexual varían según el país, pero no es raro que existan vacíos legales e incluso indiferencia o corrupción entre los responsables de combatirla.En Brasil, por ejemplo, la prostitución es legal, pero dirigir un burdel es delito. En España, país de destino y tránsito, la prostitución no es legal ni ilegal. Aunque sí es delito el proxenetismo; obligar a prostituirse o vivir de la prostitución ajena, aún con consentimiento de la mujer.
Existe un debate sobre qué hacer con la prostitución. Se barajan, principalmente, tres opciones:
- La prohibición del intercambio de sexo por dinero
- La penalización de ciertas actividades relacionadas con la prostitución, pero no esta actividad en sí.
- La regularización, que la haría totalmente legal, siempre que se siguieran las normas dictadas por el Estado para su ejercicio. Incluiría controles de salud obligatorios.
Lo que está claro es que el vacío legal de muchas legislaciones favorece el tráfico de personas para su explotación sexual.
Un negocio muy lucrativo
- Oficialmente, los empresarios del sexo en España declaran 18 millones de euros anuales, pero se estima que quedan beneficios sin declarar.- La Organización Internacional para las Migraciones calculaba en 2007 que la prostitución generaba unas ganancias anuales de 16.000 millones de dólares en América Latina.
Datos de interés
- En España hay 2.900 burdeles y unas 300.000 meretrices.- El 90% de las prostitutas que ejercen en España son extranjeras y víctimas del tráfico de personas.
- Argentina es un país exportador de esclavas sexuales, pero sobre todo importador. Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones publicados por el diario Clarín en este país abundan las prostitutas paraguayas, de las cuales un 34% son menores.
- Según datos de un informe de 2003 publicado por el diario O Globo, 70.000 brasileñas que dejaron el país se prostituyeron. Sus principales destinos son España, Italia, Holanda, Portugal y, también, Venezuela.
- Muchas jóvenes latinoamericanas y caribeñas son obligadas a prostituirse no sólo en Europa y América, sino también en países asiáticos como Japón (las colombianas) o Surinam (las dominicanas y brasileñas).
- Según una encuesta de la Organización Internacional del Trabajo en Centroamérica, el 60% de los 8 mil ciudadanos encuestados en Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y República Dominicana culpabilizó a las propias víctimas de su situación de explotación sexual.