Hoy, jueves 23 de septiembre, se celebra el Día Internacional Contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas con el objetivo de visibilizar, denunciar y erradicar una clara violación de Derechos Humanos en la que millones de personas del mundo son víctimas de delitos de trata con fines de explotación sexual.
La trata es uno de los negocios más rentables del mundo y sus cifras van en aumento, aceleradas aún más por el covid según el último informe de 2020 de la UNODC. Aunque la forma más conocida de trata de personas es la explotación sexual, cientos de miles de personas también son objeto de trata con fines de trabajo forzoso, servidumbre doméstica, mendicidad infantil o extracción de órganos.
La trata de personas para explotación sexual es un delito que tiene lugar en todos los países del mundo. En 2018, “el total de menores explotados sexualmente en el mundo equivale a casi cinco veces la población de España. Son más de 223 millones: 150 millones de niñas y 73 millones de niños”, publica este artículo del periódico El Mundo.
La educación frente al tabú
“El mayor problema de la trata de seres humanos es la falta de conciencia”, explica Racha Haffar, activista por los derechos humanos de las mujeres contra la trata. “Todos los días, nos podemos cruzar con una víctima, pero no la identificamos porque no sabemos cómo leer las señales”, añade.La explotación sexual infantil y la trata de niños y niñas con fines de explotación sexual es la forma más extrema en que se manifiesta esta violencia. Numerosos estudios sobre el abuso sexual infantil coinciden que, en su mayoría, las víctimas son niñas. Por otro lado, Naciones Unidas calcula que aproximadamente el 80% de las víctimas de trata son mujeres y niñas según esta guía de Save The Children. Pero resulta difícil medirlo y lo que está claro es que a día de hoy la explotación sexual infantil es considerada un tabú.
A pesar de la complejidad, ligar a los niños y niñas a la educación no sólo es la mejor herramienta para combatir la explotación infantil y la trata, sino que la escuela se convierte muchas veces en el único refugio seguro para la infancia, ya que en numerosos casos registrados con los que trabajamos, han demostrado que en su hogar no están a salvo pues a veces, es un familiar o adulto cercano a la familia quién comete este delito. Nuestro proyecto Protect centrado en la prevención de la trata, explotación y abuso sexual, tiene como objetivo prevenir esta lacra, también a través de internet.
La explotación infantil es un término que incluye tanto el trabajo forzoso hasta la explotación sexual, el reclutamiento de niños soldado o la esclavitud doméstico y según la OIT un total de 79 millones de niños y niñas del mundo realizan trabajos peligrosos antes de la pandemia. Por eso, súmate a nuestra campaña El trabajo no es cosa de niños para ayudarles a regresar a las escuelas y garantizar su protección a través de la educación.