Una de las conclusiones sacadas de esta investigación es que el 50% de las mujeres víctimas de maltrato atendidas en centros de salud, sufre ansiedad y depresión. Para evitar esto, según Carmen Fernández, médico de familia y experta de semFYC en violencia doméstica “Es fundamental saber escuchar sus necesidades y transmitirles información básica y útil, identificándoles el recurso más adecuado”.
Por otro lado, la mayor de parte de los casos de violencia machista no se diagnostican como tal, sino que se detectan asociados a otros problemas de salud como el insomnio o la fatiga. “Esto significa que los médicos de familia debemos aprovechar las consultas por otras patologías para preguntar por la posibilidad de maltrato”, continúa Carmen Fernández.
Que una paciente acuda con asiduidad a la consulta o que ésta presente una ansiedad prolongada no justificada, son algunos de los síntomas que deben empujar al médico a indagar sobre un posible caso de maltrato.
Uno de los últimos objetivos de las comunidades autónomas es formar a los médicos de familia en la detección y manejo de la violencia doméstica. De esta forma, los facultativos detectarán más casos y de forma más precoz.
¿Vosotras qué opináis? ¿Creéis que los médicos de familia deberían implicarse más en los casos de maltrato?
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