Existen diferentes tipos de alternativas para reemplazar las harinas refinadas
En la actualidad, se ha hablado mucho de las distintas consecuencias negativas que ocasionan las harinas refinadas al metabolismo y la salud física. A pesar de que estos efectos se hacen visibles a largo plazo, es mejor buscar alternativas a su uso para evitar que comiencen a surtir efectos en nuestra salud de manera irremediable.
La harina se logra moliendo cereales o legumbres, la más común es la de trigo. Sin embargo, se elaboran harinas con diversos tipos de cereales, como el arroz, avena, centeno, maíz y algunas legumbres, específicamente las que son ricas en almidón, como es el caso de las judías, las castañas y los garbanzos.
Es importante destacar que algunas empresas cárnicas fabrican harinas de origen animal que provienen de sangre y huesos, y estas son utilizadas para producir alimentos para animales.
Las harinas son un alimento muy común en las cocinas, ya que es conocida por aportar energía al cuerpo, pero la mejor manera de consumirla es regulando su uso o buscando alternativas más sanas para evitar consecuencias negativas en la salud.
Presencia de químicos en las harinas refinadas
Harinas refinadas representan un peligro para la salud por los componentes que poseen
Las harinas refinadas están compuestas mayormente de almidón, y cuanto más blanca y fina, dispone de menor cantidad de fibras, vitaminas y minerales. En consecuencia, al despojarse de sus componentes más importantes, la convierte en una sustancia soluble al contacto con el agua, por lo que se transforma en glucosa rápidamente, teniendo un índice glucémico muy alto, lo que genera que actúe de manera similar a la azúcar blanca en nuestro cuerpo.
Si conservara su fibra, no sería tan negativa para el cuerpo, por lo tanto es una fuente de calorías vacías que solo nos produce adicción a su consumo y desequilibrio en nuestro metabolismo, lo que podría desencadenar diabetes y obesidad.
La razón de que las industrias despojen los componentes más saludables de la harina, es que al producirla de esta forma, hay mayor volumen en los alimentos y se mantienen más tiempo en buen estado, siendo más fácil de transportar y mantenerlos en los estantes de los comercios.
Opciones más saludables para evitar las harinas refinadas
Una mejor alternativa para la salud
Las mejores harinas para el cuerpo son las integrales, pero también existen muchos tipos de harinas con diferentes sabores para todos los gustos, que pueden aportar más beneficios al cuerpo y a la salud.
Harina de almendra
Esta harina se logra de moler almendras sin la cáscara y es recomendable por su bajo contenido glucémico y alto índice de proteínas, vitamina E y grasas naturales. Es esencial mantenerla refrigerada, porque de lo contrario, su sabor y consistencia se ven afectados.
Se recomienda usarla para recetas dulces o para suplantar el pan usado para freír ciertos alimentos como el escalope.
Harina de centeno
Para hacer pan, este tipo de harina es ideal, ya que tiene un manejo sencillo como el de la harina de trigo. Entre sus beneficios está que al tener fibra, ayuda a una rápida digestión, por lo que también puede ser usada en dietas para perder peso y posee antioxidantes fenólicos que evitan la aparición de enfermedades como el cáncer de pecho, colon y el de próstata.
Harina de garbanzo
Combinar este tipo de harina con agua es excelentes para hacer pastas similares a hummus, además contiene muchos beneficios para la salud, como antioxidantes, minerales, fibra y proteínas de alta calidad para un mejor funcionamiento del metabolismo. Aparte, tiene un índice glucémico bajo, lo que evita la aparición de enfermedades como la diabetes.
Harina de arroz
Al moler o triturar granos de cereal, se pueden hacer recetas como pan o postres. Entre sus beneficios, aporta vitaminas, minerales y carbohidratos, por lo que es excelente para crear sensación de saciedad y tiene gran valor nutricional para el cuerpo y el organismo.
Harina de castaña
Una excelente opción para evitar las harinas con gluten, pero posee un sabor más fuerte. Es baja en grasas y aporta proteínas así como carbohidratos. Además, es ideal para realizar postres.
Posee muchos beneficios para el organismo, como el ácido fólico, antioxidantes y sustancias vegetales que ayudan a la digestión. También posee vitamina C, cobre y manganeso lo que ayuda a evitar enfermedades infecciosas.
Harina de quinoa
Se obtiene de lavar y moler el grano de la quinoa. Otorga aminoácidos, fibra, fósforos, proteínas, vitaminas E y B, todas estas excelentes para una mejora en la salud del cuerpo en general. Esta harina se utiliza para preparar galletas, gofres, bizcochos o bases de tartas saladas. También se pueden preparar como salsas o para espesar sopas.
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María Isabel Peña l Redactor Especialista