El panorama, dentro de la escuela, es de discriminación femenina, brutalidad como un valor masculino vigente —les jalan los pelos a las niñas—, la intolerancia hacia quienes no responden a los estereotipos admitidos como "naturales" es cotidiana y un círculo de exclusión y maltrato persiste.
Ahí, en las aulas, se admite la violencia contra las niñas y la discriminación a los varones diferentes; hay subestimación cotidiana de clase y étnica, y parece mayor la violencia en zonas urbanas que en las indígenas o marginadas. El profesorado que no se da cuenta del problema y son mucho más las maestras mujeres (29 %) que se preocupan. Sólo el ocho por ciento de los maestros varones mira más allá.
Este es el panorama preciso y profundo revelado por el primer informe Nacional sobre Violencia de Género en la Educación Básica de México, a la que asisten 33 millones de niños y niñas de cuatro a 15 años de edad. El estudio, elaborado a petición oficial por Elena Azaola, una autoridad en la materia, fue patrocinado por la Secretaría de Educación Pública y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
Los motivos de acoso a los niños en el 22 por ciento de los encuestados es porque no cumplan con características del estereotipo masculino, más presente en escuelas urbanas que rurales. Lo mismo sucede en el caso de las niñas, ya que de no cumplir los estereotipos femeninos se les dice que se comportan como hombres, situación reportada por el 25 por ciento del alumnado y mencionada más por los niños y con mayor presencia en primarias indígenas que en generales. Así, estas cifras muestran algunas de las manifestaciones de la discriminación sexista.
Las características de acoso y violencia son: las burlas entre niños/as del mismo sexo relacionado con la apariencia física, tener gustos distintos, las formas de hablar o caminar y la forma de vestir.
La discriminación por la forma de vestir ocurre entre un 20 por ciento de los/las estudiantes; pero en las primarias indígenas se mencionó con más frecuencia (31,7%).
Las formas más comunes en que los niños se burlan de las niñas son: haciéndoles bromas pesadas sobre su físico, inventando apodos y burlándose de ellas cuando se equivocan en clase. Estas manifestaciones han pasado del aula cotidiana a los portales de Internet.
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