En España las sequías son cíclicas. Estamos más o menos acostumbrados a noticias de cortes del suministro en verano en pueblos del sur. Lo que no es tan normal es encontrarnos este mismo fenómeno en pueblos de la “España húmeda”. Pero no es sólo el corte de agua. Nos hemos topado con cortes de suministro en algunos pueblos porque la concentración de contaminantes está superando los niveles permitidos, como ha sucedido en Caldes de Malavella y otros pueblos. ¿Qué está pasando?
El empeoramiento de la calidad del agua es consecuencia de varios factores, sobre todo una menor dilución y temperaturas más altas. Durante las sequías aumenta la salinidad y la concentración de contaminantes en los suministros al disminuir la dilución. La temperatura del agua aumenta debido a los tiempos más largos en los depósitos y las condiciones más cálidas. Esto favorece la estratificación, las algas y las floraciones tóxicas de cianobacterias, y reduce el oxígeno disuelto.
Además lo que solemos hacer en tiempos de sequía es perforar pozos más profundos o cambiar los suministros de agua, lo que puede aumentar las contaminación y las concentraciones salinas en el agua de los pozos. Más riego en respuesta a las bajas precipitaciones también puede ejercer presión sobre los acuíferos poco profundos y llevar la contaminación a los acuíferos más profundos.
En Caldes de Malavella, han sido los niveles de arsénico lo que ha causado que el municipio haya pedido que la población se “abstenga de consumir agua de la red de manera continuada para beber o cocinar”. El arsénico se encuentra de manera natural en la tierra, aunque también ha aumentado por la proliferación de industrias o grandes granjas. Los síntomas del consumo continuado de agua con exceso de arsénico pueden ser náuseas, vómitos, diarrea, ritmo anormal del corazón, daños en los vasos sanguíneos y sensación de hormigueo en las manos y los pies. También puede aumentar el riesgo de algunos cánceres en la vejiga, los pulmones, la piel o el riñón.
Estudio a Gran Escala en Estados Unidos
Durante una sequía anterior en California, numerosos suministros de agua constataron niveles elevados de nitratos, arsénico y uranio. Los expertos, sin embargo, admitían que no entendían muy bien cómo las sequías estaban afectando a las aguas subterráneas.
Para dar luz en el asunto, el Servicio Geológico de los Estados Unidos estudió datos de contaminación por nitratos en aguas subterráneas durante los últimos 30 años. Las tomas procedían de pozos en el Valle Central de California, una de las áreas agrícolas más ricas del mundo. Una región análoga a lo que significa la región de Almería - Murcia en España - Europa en cuanto a la producción agrícola.
Era la primera vez que teníamos un estudio de este tamaño que vinculaba directamente las principales disminuciones del nivel del agua subterránea con la disminución de la calidad del agua subterránea. La investigación sugería que el bombeo de agua subterránea durante la sequía podía llevar el agua subterránea poco profunda y contaminada a las profundidades de los acuíferos que se utilizan para los sistemas de agua potable.
Los suministros puestos a prueba
La Unión Europea señala que España es uno de los países más afectados por todas las cuestiones derivadas de la sequía y la calidad de los suministros de agua está en primera línea. El cambio climático está forzando todo el sistema y los pueblos pequeños son los más vulnerables. Son los que tienen peores infraestructuras de captación y control y es aquí donde primero estamos enfrentando los problemas de contaminación.
Precisamente, un estudio de la contaminación por nitratos publicado en 2012 en la Gaceta Sanitaria ya apuntaba a que “municipios pequeños, con menos medios para proteger los acuíferos y con igual o mayor actividad agrícola, podrían presentar cifras más altas de nitratos.” Y esto es exactamente lo que nos está mostrando la sequía.
Respuesta a los Problemas de Calidad del Agua
En los municipios grandes que tradicionalmente enfrentan problemas de contaminación por nitratos, sobre todo en regiones como Aragón o Cataluña los sistemas de depuración municipales están preparados para lidiar con este problema.
En cambio, en los municipios pequeños, más expuestos a los cada vez más frecuentes episodios de contaminación empiezan tiempos de dificultad. Mientras se van adecuando los suministros, como en el caso de Caldes, se dispara el uso de agua embotellada. El alcalde allí ha solicitado a las embotelladoras que han multiplicado sus ventas que sean sensibles con la población de Caldes y rebajen los precios. Además de esta opción y con menos castigo al planeta tenemos soluciones como la ósmosis inversa. Los mejores equipos de ósmosis para el hogar eliminan algas y bacterias y el 99% de los metales pesados y nitratos. Eso sí, habrá que cuidar y aprovechar el agua de rechazo que tiene la ósmosis para otros usos. En tiempos de sequía no estamos para tirar nada.