Lactancia materna para un planeta más saludable.
El mejor alimento completo y eco- sustentable, que un niño puede recibir desde su nacimiento, es la leche materna. Esta le aportará durante sus primeros seis meses de vida, todos los nutrientes que necesita para su desarrollo psicomotor, neurológico. Le brindará, a su vez, una extraordinaria protección inmunológica. A partir de los seis meses de edad, la leche materna, no será suficiente para cubrir las demandas nutricionales, y ese es el momento ideal para iniciar la alimentación complementaria.
Lactancia Materna
La leche materna es el primer alimento ecológico y sustentable que el ser humano recibe. La lactancia materna exclusiva comprende los primeros seis meses de vida del niño. Durante este período, el lactante solo será capaz de asimilar los nutrientes de la leche materna, esta le aportará un balance correcto de los mismos. Permitiéndole desarrollar su sistema digestivo, función hepática, renal y neurológica. Además de darle factores inmunológicos protectores contra infecciones y enfermedades, y de esta manera prepararlo para la siguiente etapa de su vida.
La leche humana es un alimento que no necesita pasar por ningún proceso de producción, ni requiere la manipulación de su composición. La succión por parte del lactante, será el único estímulo que permitirá la producción de la leche materna eficiente y adaptable a las demandas del bebé. Según la Alianza Mundial Pro Lactancia (WABA) (2020), “La lactancia materna contribuye positivamente a la salud del planeta de varias maneras: es sostenible, ecológica y buena para la salud humana”.
Alimentación complementaria
Bebé alimentándose
Luego de los seis meses de edad, ya la leche materna no podrá ser suficiente para cubrir las demandas nutricionales del niño, razón por la cual esta será la etapa, donde se iniciará la alimentación complementaria.
Esta fase será la oportunidad de la madre para crear un patrón de alimentación sano, nutritivo y contribuyente con el ecosistema. ¿Cómo lograr esto?, lo primero será no ofrecerle al bebé alimentos procesados, preferiblemente sustituir los zumos o papillas comerciales, por fruta madura como papaya, plátano y convertirla en un puré. Las frutas y verduras serán los primeros alimentos que el niño deberá probar a partir de los seis meses.
Una manera de incorporar las verduras, podría ser combinar tubérculos, como el boniato cocido en forma de puré. Lo podéis preparar con 1/8 a 1/4 tz de leche materna. Esto permitirá que dicho puré sea nutricionalmente balanceado, con todas las propiedades de la leche materna. También el boniato, le aportará carbohidratos complejos y probióticos al pequeño estómago del bebé, ayudando a formar una microflora intestinal sana.
¡Cuidado! La sal y el azúcar que poseen los alimentos son suficientes, por lo que os recomiendo no adicionar más de estos componentes a las preparaciones y /o comidas del bebé. Esto permitirá que adquiera la capacidad de adaptarse y disfrutar del sabor natural de los alimentos.
Nacemos con la capacidad metabólica de aprovechar los nutrientes de los alimentos sin que estos, estén alterados con fortificadores y aditivos. Cuando comenzamos a consumir productos procesados, esta capacidad se va deteriorando.
Por tal motivo la invitación es a enseñarles a los niños que los alimentos procesados, como por ejemplo: manzanas caramelizadas, leches con azúcar, cereales ultra procesados, galletas, bollería etc., no son comida real. Mientras que una manzana roja orgánica; cereales naturales, como la avena; todas las frutas y verduras, son aquellos que en verdad aportaran una nutrición completa, balanceada y contribuyente con la sustentabilidad del medio ambiente.
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Luisa Flores l Redactor Especialista