La protección y conservación del medio ambiente son temas que han cobrado una gran fuerza en la actualidad, resulta común ver noticias sobre cuáles los efectos de el último plan para recuperar la población de una especie amenazada, propuestas para mitigar y hacer frente a los efectos del cambio climático o nuevos proyectos para restaurar y recuperar las locaciones que han sufrido daños y deterioros.
Este interés se convierte en terreno fértil que ha dado lugar al florecimiento de nuevas doctrinas y disciplinas científicas cuyo enfoque consiste en la conservación y el resguardo de la biodiversidad utilizando el conocimiento científico proveniente la biología, la ecología y sus ciencias afines para dirigir los esfuerzos de conservación.
Dentro de este creciente movimiento de conservación existen dos disciplinas científicas que han cobrado una especial prominencia en los últimos tiempos. La primera es la biología de la conservación, comprendida como el estudio científico de la preservación y restauración de la biodiversidad; la segunda es la ecología de la restauración, que enfoca su estudio en la regeneración de los ecosistemas degradados mediante la comprensión de su ecología.
Estas dos disciplinas guardan una estrecha relación y comparten el objetivo de preservar el buen funcionamiento del medio ambiente, pero las diferencias en sus metodologías y aproximaciones dan lugar a un contraste sumamente destacable.
Contraste de conservación
La protección de especies amenazadas es una de las bases de la biología de la conservación.
Tanto la ecología de la restauración cómo la biología de conservación comparten el principio de que la protección de los ecosistemas es la mejor manera de preservar la biodiversidad. Pero sus enfoques difieren considerablemente.
La biología de la conservación tiene su enfoque en las poblaciones de animales que habitan en el medio ambiente, especialmente aquellos que pertenecen a especies amenazadas. De esta manera logra despertar interés en la situación del medio ambiente y movilizar más fácilmente recursos para actuar en el ambiente. Esfuerzos como la reintroducción de especies que han sido expulsadas de sus territorios, las leyes de protección animal o la repoblación de especies amenazadas pertenecen a la biología de la conservación.
Por otro lado la ecología de la restauración guarda un enfoque basado en los ecosistemas, buscando principalmente preservar sus funciones o restaurarlas en caso de que sea necesario. En general opera restaurando la estructura vegetal de una locación y permitiendo que la acción de las plantas de sustento al resto de la comunidad que depende de ellas. Acciones como la reforestación, limpieza y restauración de hábitats son la manera en que la ecología de la restauración resguarda la biodiversidad.
La ecología de restauración pone el bienestar y la salud de las plantas primero, sabiendo que sostienen al ecosistema.
Tenemos entonces dos enfoques diferentes para el resguardo de la biodiversidad en el medio ambiente, el modelo de la conservación que educa a las personas mientras protege a los animales y el de la restauración que resguarda la plantas para preservar el buen estado de la biodiversidad. Estas disciplinas afines nos muestran que no hay una sola manera de superar los problemas ambientales que nos rodean, lo mejor como siempre es balancear ideas complementarias de tal manera que cada una cubra las carencias de la otra.