El miedo a perder el trabajo y la falta de testigos que apoyen su testimonio, son las principales causas de que estas mujeres no acudan a los tribunales. Así, la mayoría opta por el silencio y son muchas las que terminan dejando su puesto de trabajo para terminar con el problema.
Es difícil poder demostrar este tipo de acoso en el ámbito laboral, ya que la mayoría de las veces se produce sin la presencia de otras personas, y en el caso de que haya testigos, éstos suelen ser compañeros de trabajo, quienes tampoco se atreven a declarar.
Afortunadamente, nuestra legislación considera el comportamiento del acosador como delito tipificado, cuya pena puede llegar a los siete años de cárcel. Además, la Dirección de Atención a las Víctimas de Violencia de Género del Departamento de Interior del Gobierno vasco a través de su servicio de atención telefónica también asesora a las mujeres víctimas de acoso sexual.
¿Creéis que poco a poco las mujeres con este tipo de problema se atreverán a denunciar?