Aunque parezca algo sumamente innovador, envolver una casa con un invernadero de cristal para asegurar el calentamiento natural no es una técnica muy nueva. El concepto fue creado por el arquitecto Bengt Warne, en los años 70 y pese a su alto costo inicial el sistema sigue siendo muy eficiente.
En una entrevista la pareja explicó que en enero, cuando es invierno en Suecia, la temperatura exterior era en promedio – 2 ° C, mientras que dentro de los termómetros marcaban de 15 a 20 ° C. Esta comodidad permite a la pareja que por ejemplo su hijo pueda jugar fuera de la casa como si fuese verano.
La intención de la familia, cuando tuvieron la idea de utilizar este sistema natural para aislar y calefaccionar la residencia, era encontrar un terreno para construir la casa y el invernadero juntos. Sin embargo, terminaron optando por una casa ya construida y se centraron el la construcción del invernadero. Toda la estructura está hecha de vidrio de 4 mm de espesor.
Además de garantizar el confort térmico de los residentes, esta opción también les permite plantar alimentos que no se adaptarían fácilmente y no podrían sobrevivir el crudo invierno europeo. Con la protección de vidrio, crecen: tomates, higos, uvas, pepinos hierbas, especias, entre otras cosas.
La familia también hace compostaje de residuos orgánicos, que utilizan como fertilizante en la siembra, y reutilizan el agua de lluvia.
En verano el invernadero se abre en varias partes para permitir circular el aire y evitar la humedad y el calor en exceso.
A continuación les dejo un vídeo de una visita a la casa:
https://youtu.be/30ghnDOFbNQ