Las frases célebres nos encantan.
Circulan por nuestro whatsapp, las posteamos en instagram, las podemos leer incluso al tomar el café por las mañanas, ya que es muy habitual incrustarlas en los sobres de azúcar.
Pero ¿Por qué nos resultan tan atractivas? ¿Por qué citamos y compartimos frases de otras personas? En ocasiones, incluso cuando no estamos seguros de que tal personaje efectivamente dijera tal cosa.
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Frases célebres ha habido siempre
Las frases célebres son, esencialmente, paremias y aforismos.Las paremias son frases que tienen un corte moral y son repetidas a lo largo de la historia de forma poco variable.
No se sabe exactamente el motivo por el que las paremias surgen, pero sí sabemos que tienen una utilidad pedagógica y moral, es decir, que se transmitían a través de las generaciones para plasmar la moral de una cultura o de una sociedad.
En concreto, la palabra “paremia” es de origen griego y se encuentra por primera vez en la obra clásica griega “Agamenón” en el 458 a. C. como una frase con significado oculto.
Los primeros grafitis
Las frases célebres tienen también mucho que ver con los arrieros y los comerciantes antiguos, que en el transcurso de sus viajes a través de los caminos que conectaban las ciudades, escribían en los caminos indicaciones, frases célebres y refranes. Por ese motivo la palabra paremia tiene también el significado de saber de caminantes.Y cómo no, el refranero popular
Ya mucho antes de que las frases de Albert Einstein inundasen las redes sociales, en España ya contábamos con el refranero popular con frases míticas como:“El dinero del mezquino hace dos veces el camino” o
“Cuando el tonto coge la linde, la linde se acaba y el tonto sigue”.
Por qué nos resultan tan atractivas las frases célebres
Ahora que ya sabemos que las frases célebres no son una moda del siglo XXI, nos deberíamos preguntar ¿Y por qué este interés inconsciente en querer distribuir las citas de los demás?Las frases célebres nos hacen reflexionar
Como en su origen, la mayor parte de las frases que se le atribuyen a Einstein, Arturo Perez Reverte, Churchill o Ganghi tienen una forma críptica de expresar una idea, de forma figurada y en muy pocas palabras.¿Por qué pensamos sobre el significado de estas frases cortas? Es por el propio sentido figurado o la reflexión que proponen.
Frases como “No hay que apagar la luz del otro para lograr que brille la nuestra de Gandhi evocan nuestra imaginación y nos hacen pensar en luces, energías y relaciones entre personas.
Nos atribuyen autoridad
Hay algo común cuando damos a botón de publicar o compartir frases célebres: Solo compartimos frases con las que estamos totalmente de acuerdo.Esto tiene una sencilla explicación. Cuando damos difusión a una frase que se le otorga a otra persona, en realidad lo que estamos pensando es: “Yo pienso de esta manera ¡Y no solo yo! Fíjate como esta persona, venerada por todos, también lo piensa”.
En otras palabras, recurrimos a las frases de otros personajes célebres porque los consideramos una fuente de autoridad.
Los argumentos de autoridad, falacias de autoridad o sesgo de autoridad son aquellos en los que se cita a una persona como verificadora de que aquello que se comunica es cierto.
Claro, el hecho de que alguien célebre afirme algo no significa necesariamente que sea cierto, pero tenemos una tendencia natural al creerlo.
El ejemplo de la ley de la gravedad de Newton
Podemos poner el ejemplo de la ley de la gravedad de Newton:Es cierto que Newton dice que la manzana cae del árbol porque existe la ley de la gravedad, pero no es correcto afirmar que la manzana cae del árbol porque lo diga Isaac Newton, sino (en todo caso) por la propia existencia de la gravedad.
Citar frases célebres nos hace parecer que estamos bien documentados
Para ser exactos: Citar nos hace parecer bien documentados.No solo eso, citar es una obligación para todo aquel que quiera hacer una investigación sobre cualquier asunto y publicarla.
No citar cuando se extrae una idea de otra persona es, de hecho, plagiar.
Por ese motivo, citar a otra persona (más cuando es un personaje célebre) está relacionado con la lectura, el estudio y las buenas prácticas.
Tienen una fuerte carga emocional
Está ampliamente demostrado que los sucesos en los que existe una fuerte carga emocional se recuerdan con mucha más facilidad que aquellos que no la tienen.Tú mismo puedes hacer el experimento:
Intenta recordar qué comiste hace dos días.
Y ahora intenta recordar el gol de Iniesta en la final de España contra Holanda en el mundial de 2010.
Muy probablemente te sea más sencillo recordar lo segundo antes que lo primero, y ha pasado hace mucho más tiempo.
Estás viendo en tu cabeza cómo le mete zapatazo al balón y puede que ni siquiera te interesa especialmente el fútbol.
El cerebro selecciona la información con fuertes cargas emocionales porque lo considera más relevante para la persona que lo cotidiano.
Ten en cuenta que percibimos incontables cosas a lo largo del día, todos los días de nuestra vida. Nuestra mente tiene que seleccionar.
Pues lo mismo sucede con las frases célebres, nos interesan porque despiertan emociones en nosotros mismos y a la vez por tener una alta carga emocional e interesarnos, las retenemos con más facilidad.
Las falsas frases célebres
En un mundo lleno de frases célebres de personas ajenas sin interesarnos por los textos donde están contextualizadas existe el peligro de atribuir frases a personas que, de hecho, no dijeron tal cosa.Esto, de nuevo, forma parte del origen de los aforismos y paremias que, al trasmitirse de forma oral, iban cambiando con el paso del tiempo o dependiendo del lugar donde se citase.
Esto sucedía también debido a los cambios morales en la sociedad. Las sociedades, conforme cambian su código ético, hacen cambiar también las frases célebres que comparten.
Luego, por otro lado, tal es la cantidad de frases célebres que se comparten hoy en día, que han surgido memes sobre las propias citaciones sin intención de falsear su autenticidad y con un fuerte sentido humorístico.