Muchos productos para el cuidado personal contienen químicos tóxicos que se van acumulando en nuestro organismo con su uso (leer “carga tóxica” en Wikipedia). A lo que hay que añadir otros tóxicos que provienen de la polución y otros contaminantes que nos rodean, especialmente en las ciudades, y que son difíciles de evitar. Pero sí podemos evitar esos otros peligros que contienen los productos para el cuidado personal, o al menos reducirlos, sabiendo leer correctamente las etiquetas de los envases que vamos a comprar.
De media una mujer occidental se aplica 126 tóxicos a diario en el cabello y en la piel. Más del 60% de cualquier cosa que nos apliquemos en la piel será absorvido por el organismo. Algunos de esos tóxicos son disruptores hormonales (o endocrinos), esto es, que una vez incorporada en el organismo interfiere en el funcionamiento del sistema hormonal mediante la suplantación de las hormonas naturales, el bloqueo de su acción o el aumento o disminución de sus niveles.
Entonces, ¿cómo podemos saber si nuestro champú o el hidratante contiene alguno de esos químicos tóxicos? Hoy vamos a darte una guía súper fácil y sencilla para leer el etiquetado de tus cosméticos:
no leas la etiqueta frontal del envase. Suelen contener términos como “natural”, “orgánico”, “hipoalergénico”, etc., que pueden llevar a confusión porque no significan nada.
empieza por el reverso del envase y lee los ingredientes que contiene. Por lo general, cuanto más larga es la lista de ingredientes, peor es su contenido. Lo ideal es una lista corta de ingredientes. Los primeros ingredientes que aparecen en la lista son los de mayor contenido en el producto (como por ejemplo el agua).
los tres ingredientes que hay que vigilar sí o sí, si no queremos tóxicos perjudiciales para nuestra salud: parabenos, PEG o polietilenglicol y fragancias.
Los parabenos son conservantes y sirven para mantener a raya las bacterias. Son disruptores hormonales o contaminantes hormonales.
Los PEG (o polietilenglicol) son un grupo de silicones solubles al agua, y en cosmética se usan como disolventes, emulsionantes (para estabilizar la formulación cosmética) y mejoran la absorción de determinados productos. Son disruptores hormonales.
Las fragancias son un “hueco legal” que permite a los fabricantes utilizar hasta 190 ingredientes tóxicos sin desvelarlos en la etiqueta del producto. Es suficiente con que pongan “fragancias”. Entre ellas destacan los ftalatos, que sirven para fijar las fragancias y preservar las características de los productos. (Puedes encontrar más información en el blog https://libresdecontaminanteshormonales.wordpress.com/2017/02/21/europa-reconoce-4-ftalatos-como-muy-preocupantes-por-ser-disruptores-endocrinos-para-el-ser-humano/)
Aquí tienes una lista con los ingredientes comedogénicos, es decir, que obstruyen los poros de la piel. Esto es importante para las personas que tienen problemas de acné.
Por último te dejo el enlace de COSDNA, una web donde podrás consultar los ingredientes que contienen la mayoría de los cosméticos que se comercializan a nivel mundial.
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