¿Qué necesitamos? Para 100 ml.
60 g de hidrolato de hamamelis.
22 g de aceite de pepita de uva.
1,5 g de emulsionante VE.
1,5 g de emulsionante MF.
20 gotas de extracto de semilla de pomelo (conservante).
¿Cómo se hace?
1. Antes que nada desinfectamos bien todos los utensilios que vayamos a utilizar con alcohol y nos aseguraremos de que el recipiente que vayamos a utilizar para envasar la leche de limpieza esté esterilizado. Nosotras usamos este envase tipo airless para que el contenido se contamine lo menos posible, ya que no tocamos la crema cada vez que la usamos.
2. Ponemos en una jarrita térmica de cristal el hidrolato junto con el emulsificante MF y en otra el aceite junto con el emulsificante VE.
3. Calentamos ambas jarritas al baño maría hasta que alcancen los 70ºC, a esta temperatura no sobreviven las bacterias y hongos.
4. Cuando tengamos ambos líquidos estén calientes los sacamos y poco a poco vamos vertiendo el agua encima del aceite mientras batimos con el mini-batidor eléctrico. Si colocas el recipiente en un baño maría de agua fría (con hielo) ayuda a agilizar el proceso.
5. Seguimos batiendo hasta comprobar que se forma la emulsión y cuando la temperatura haya descendido a 35ºC le agregamos el extracto de semilla de pomelo.
6. Envasamos y ya lo tenemos listo para usar. No olvides etiquetar el bote con los ingredientes que lleva y la fecha de preparación. Si se han usado condiciones de higiene óptimas nos podrá durar nuestra leche de limpieza 3 meses y si lo guardamos en el frigorífico un poco más.