Manteca de cacao: cómo saponifica y propiedades cosméticas

La manteca de cacao, extraída de los granos de la planta del árbol de cacao, es sumamente importante en la industria alimenticia, cosmética y farmacéutica. Se utiliza para hacer chocolates, pomadas, supositorios, protectores y pintalabios, lociones limpiadoras, cremas, acondicionadores para el cabello, aceites de baño, mantecas corporales y por su puesto jabones artesanales.

Debido al alto poder de dureza que obtienen las pastillas al saponificar, no es recomendable utilizarlo en un porcentaje mayor al 15% del total de los aceites y se puede añadir al jabón mezclado con los aceites base o en la traza.

Propiedades físicas al saponificar:

Dureza: 70.

Burbujas: 28.

Persistencia: 62.

Limpieza: 41.

Acondicionado: 37.

Yodo: 37.

INS: 157.

Propiedades cosméticas:

A temperatura ambiente tiene un estado sólido, pero se funde al contacto con la piel y resulta fácil extenderlo.

Es muy recomendable para pieles secas y zonas ásperas como codos, talones, labios agrietados, etc., ya que es altamente hidratante, emoliente y suavizante. Aunque también es apto su uso en pieles sensibles o zonas delicadas, por su acción calmante y protectora.

Tras su aplicación deja una fina capa de aceite en la piel que la protege de los agentes externos (frío, viento, sol…), por eso no es recomendable su uso en un cutis mixtos o grasos, ya que puede llegar a ser comedogénica, es decir que puede dar lugar a la aparición de puntos negros o espinillas, en este tipo de pieles.

Reafirma la piel y le devuelve su elasticidad, por eso es muy apropiado su uso en zonas propicias a la aparición de estrías, ya que evita su aparición o las difumina en caso de tenerlas. De hecho, los cosméticos destinados para este fin llevan como componente principal o primario la manteca de cacao.

Además, gracias a su efecto lipolítico (debido a su contenido en teobromina), resulta efectivo para tratar la celulitis.

Cómo anti-arrugas es un potente aliado ya que tiene un alto poder antioxidante (por su contenido en vitamina E) que promueve la producción de colágeno evitando el envejecimiento de la piel y al mismo tiempo cura enfermedades de la piel, tales como eczemas o psoriasis.

Su contenido en resveratrol y ácidos grasos (palmítico, esteárico, oleico, laurina, linoleína, etc.) le dan la capacidad de nutrir en profundidad y devolverle la vitalidad a las pieles más apagadas.

Repara el cabello castigado y por eso forma parte de numerosos acondicionadores y mascarillas capilares.

Como tiene un olor tan agradable, es frecuente recurrir a él en tratamientos de aromaterapia, masajes o productos destinados para el baño.
Fuente: este post proviene de Como hacer jabones, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

Recomendamos