Fue un tanto difícil dejar nuestra antigua casa en La Loma en la que tantos gratos momentos pasamos, pero me quedé satisfecha de ver que los árboles que sembré se quedaron en un buen sitio, dejé un hermoso Framboyán al que nunca vi florecer, dejé papayas cargadas de fruta que no el último año no disfruté, dejé chayas, un maguey que vi dejar su descendencia, me lo regaló un jardinero en Jalpan, Querétaro en el 2008, 8 años anduvo viajando y fue a morir en La Loma, pero me traje algunos de sus hijos para seguir el ciclo; dejé también un Neem y varios magueyes que crecieron muy hermosos, la Loma era un mini paraíso en el matorral espinoso Tamaulipeco, era un terreno de aproximadamente 3 hcectáreas y desde entonces es mi modelo a seguir para mi casa futura.
En cuanto a las gallinas, pues con algo de complicaciones, un par de viajes en camioneta con camper y almas caritativas del súper Saavedra en Linares que me regalaron como 30 cajas de Huevo Carolina (por casualidad con una gallina pintada en la caja), me traje alrededor de 85 gallinas desde Linares hasta Tamasopo. Tuve con el dolor de mi corazón que dejar 11 aves muy cimarronas, gallinas y gallos delgados y ágiles que no eran mías del todo, pero que crie y alimenté desde pollitos, 4 gallos: Cabecita pelona, Gallo guinda, Gallo cabezón, Gallo pata rayada y 7 gallinas: Güera, Craugastor, Coragyps, Jabalina, Urraca, Gallina amarilla de cola negra y Gallina amarilla la de cola clara. El día que partimos no las pudimos agarrar y se dispersaron como cada día por las tres hectáreas, lloré ese día y varios más al pensar que vendrían cada tarde como de cosumbre a buscar comida a la casa y a percharse en una anacua y ya no hallarían a nadie, sufrí mucho porque estoy totalmente en contra de abandonar una mascota, pero aprendí que a diferencia de un perro o un gato, hay parvadas de gallinas que aún conservan un comportamiento más silvestre que doméstico y que traerlas a encerrar acá a un ambiente más pequeño (2,500 m2) hubiera sido un capricho, alejarlas de su amada Loma, donde nacieron y crecieron en tres inmensas hectáreas hubiera sido más triste. Tuve que dar un paso muy fuerte que me marcó, amo tanto a los animales que me seguirá remordiendo la conciencia para siempre, pero tengo que seguir de pie para los que vienen.
Ya estando acá, hay que volver a empezar, adaptarse al nuevo sitio, las tiendas, los mecánicos, los centros de salud, las veterinarias, la tortillería, los víveres etc. Tamasopo cabecera es muy pequeño, 30 veces más pequeño que Linares quizás, no hay mas que un cajero bancario, una gasolinera, tienditas de abarrotes, unos 4 o 5 restaurantes pequeños, un mercado muy modesto, unas 5 carnicerías, unas tres fruterías, un par de pastelerías, un par de médicos, dentistas, unas tres refaccionarias, una plaza muy asoleada, su kiosko puntoresco y eso si, muchísimos hoteles por los turistas que vienen a ver las cascadas. Así es Tamasopo, entre la sierra y los cañaverales.
Es pacífico y tranquilo, aunque hace algunos años estuvo muy difícil la vida por acá debido a sicarios y narcotraficantes según me cuentan. Sin embargo, parece que todo se ha calmado y ahora el empuje del turismo está más fuerte que nunca, nada más y nada menos que 40 mil turistas vinieron éstas últimas vacaciones de semana santa, ¿cuantos vendrán el año entrante?.
Tamasopo, que en voz Teenek es lugar que gotea es la confluencia entre la zona media y la huasteca en San Luis Potosí, casi justo en medio entre dos ciudades pequeñas pero muy completas: Río Verde al occidente y Ciudad Valles al Oriente. Aunque sigo prefiriendo los productos y el ambiente caluroso de Valles, Río Verde es precioso y fresco, aunque la variedad de alimentos huastecos decrece, hay para todos los gustos.
A mediados de mes estaré yendo seguido a la Universidad de San Luis Potosí a continuar mi posdoctorado, esto de la investigación se me da muy bien y tengo que aprovecharlo, por lo que el próximo año partir de hoy primero de agosto será dedicado a este posdoc, la línea de investgación será practicamente la misma, trabajar con florística de la sierra madre oriental, solo que ésta vez me enfocaré en temas filogenéticos, una variante de la que no se prácticamente nada.
Así será mi vida este nuevo año que comienza del 1 de agosto del 2016 al 1 de agosto de 2017, entre San Luis Potosí al occidente, Valles al Oriente, Xilitla al sur, El Naranjo al norte y Tamasopo al centro, mi nueva rosa de los vientos.
De la misma manera seguimos en el camino a la construcción de un proyecto sustentable, pero me entristece que la situación no se calme en Tamaulipas, en donde todavía tenemos la pretensión de poner finalmente los pies y echar raíces. Con algo de dolor, tengo que aceptar que si de aquí a un par de años no se calma la situación, será la Huasteca Potosina o incluso la Sierra Gorda de Querétaro la que nos adopte, todo dependerá de las oportunidades que se presenten, pero no abandonamos la idea de vivir en nuestro querido Cielo, Tamaulipas, mientras acá no hallemos nada.
Sean frugales, sean humildes y sean felices con pocas cosas materiales y muchas emociones.
La vista desde la casa.