Conocida como "la sufragista española", y pionera de la militancia feminista, Clara Campoamor tuvo una apasionante vida dedicada a la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, consiguiendo nada más y nada menos que el sufragio universal.
Nació en el seno de una familia modesta en 1888, en el barrio madrileño de Maravillas, hija de un empleado de periódico y una costurera. Estudió la carrera de Derecho a la vez que cubría distintos puestos de trabajo: auxiliar de telégrafos, profesora de taquigrafía, secretaria de un diario…
Con 36 años se convierte en una de las pocas licenciadas españolas y empezó a ejercer de abogada, sus inquietudes políticas le llevaron a aproximarse a los socialistas y a fundar una Asociación Femenina Universitaria. Con la Segunda República, consiguió un escaño de diputada por Madrid en las listas del Partido Radical, y formó parte de la Comisión constitucional. Los caminos se abrían para Clara Campoamor, unos caminos que ni ella imaginaba donde llegarían.
Gracias a formar parte de la Comisión constitucional, Clara Campoamor pudo luchar por el voto femenino, ya que tan sólo podían votar los hombres mayores de edad, pero ella quiso que se extendiera también a las mujeres. Después de una larga lucha y con todo en contra, consiguió 161 votos a favor frente a 121 que rechazaban la idea de que la mujer pudiese votar, consiguiendo de esta manera el sufragio universal.
Escribió una obra titulada "el voto femenino y yo. Mi pecado mortal" refiriendose a la oposición que produjo su éxito, muchos políticos no la perdonaron por su exitosa lucha. Estalló años más tarde la guerra y huyó de España en 1938, exiliada primero en Argentina dónde trabajó en algunas editoriales, ya que el Franquismo no la permitió regresar al país y terminando en Suiza dónde falleció en 1972.
En 1959 escribiria en una carta dirigida a Martin Telo: "Creo que lo único que ha quedado de la República fue lo que hice yo: el voto femenino. "