En muchas revistas existe una página dedicada a plantear preguntas a un médico o a varios de ellos de distintas especialidades. Y lo mismo sucede con los programas de televisión.
Por ejemplo, los que somos de Aragón y Andalucía conocemos el programa “La báscula”, en el que aparece como asesor un endocrinólogo. Es lógico, para el tema de la pérdida de peso están estos especialistas.
No estaría mal que hubiera en las revistas una sección de preguntas sobre Trabajo Social, ¿verdad? O que saliéramos en muchos programas. Ya podríamos estar tan valorados como están los médicos.
Pero… esto no es así lo cuál no significa que no recibamos consultas, solo que estas son en el ámbito privado.
Si además del Trabajo Social lo tuyo es el blogging y tienes un formulario de contacto, es seguro que alguien te ha hecho una consulta por email.
Comento esto por propia experiencia con el blog, pero es posible que, al saber que eres trabajadora social, te hayan hecho ciertas preguntas en persona.
Yo he recibido consultas por email y peticiones de ayuda. Me he esforzado todo lo posible en dar una respuesta y he respondido siempre. Si algo no he respondido y me lees, rectifícame, pues ahí habré cometido un error.
Responder a las consultas es lo mínimo que hemos de hacer si queremos que se nos vea como profesionales serios.
He de decir también que las consultas que yo he recibido mediante el formulario de contacto tienen un cariz bastante académico. Pero otros compañeros reciben más preguntas sobre casos reales, lo cual es más peliagudo.
Todo lo que nos pasa tiene que llevarnos a una reflexión, y es por esto que a mí me ha dado por reflexionar sobre esto de las consultas que llegan a mi correo mediante el formulario de contacto de este blog.
El análisis que leerás tiene dos vertientes: La del profesional al que hacen la consulta y la de la persona que pregunta. Para esto, recuerda la analogía con la sección “el médico responde”. Aunque no haya revistas con la sección “la trabajadora social responde“, “pregunta a la trabajadora social” o similar, debes hacerte una imagen menta, como si realmente existiera.
Cuando hacemos una consulta por escrito a una trabajadora social, ¿cómo hemos de hacerlo? ¿Qué podemos esperar de esa respuesta? Y vuelvo a repetir, pasa algo similar cuando la consulta se formula en persona en un contexto no laboral.
Y tú, trabajadora social, trabajador social, ¿qué se te pasa por la cabeza cuando te hacen una consulta? ¿Cuál es tu actitud?
Responde siempre.
¿No dices siempre que has estudiado Trabajo Social por vocación y ayudar a los demás? ¡Pues demuéstralo!
Puede ser que no tengas experiencia remunerada. Si es así, no te quedes en el “no tengo experiencia”. ¡Mójate! Hazlo porque vales, aunque los reclutadores quieran hacerte creer que no.
Los apuntes de la carrera no pueden quedarse olvidados, hay que recordarlos y seguir leyendo otras cosas de formación. Quizá hablen de cosas muy generales, pero tú tienes que saber cómo concretar.
Si no es un tema que hayas trabajado y no se te ocurre nada, puedes preguntar a otro profesional que tenga experiencia en el tema y así tú también aprendes.
Una cosa que yo aconsejo es estar al tanto del tejido asociativo del lugar donde vives, es lo menos que como profesionales tenemos que saber. Hay muchas asociaciones y es difícil. Pero te voy a dar uno de mis truquillos, aunque quizá ya lo conoces.
Si quieres conocer asociaciones que tienen que ver con temas de salud, fíjate cuando vayas al médico porque en los centros de salud hay muchos carteles, el mío al menos está lleno de carteles de asociaciones. Tenemos que estar al loro, no queda otra.
¿Qué puede esperar quien realiza una consulta en un ambiente no laboral?
Depende del tipo de consulta que sea. Si es algo sencillo y muy concreto donde no hay muchas opciones a tener en cuenta, la respuesta que recibas te dejará satisfecho.
Pero si escribes una consulta acerca de una situación complicada puede que la respuesta que recibas no te deje satisfecho por muchas razones.
Cuando yo recibo un correo con una consulta, tengo que dar una respuesta con los datos que se me ofrecen. Si es un tema complicado, no voy a poder dar una respuesta completa, no como la de una trabajadora social que está en su puesto de trabajo.
¿Por qué? Porque ante ese problema social, ella te va a hacer un montón de preguntas, que son necesarias para diseñar la intervención. Y yo no tengo esa información.
Otro punto: ¿De dónde eres? Ya sabes que en España lo social va por leyes autonómicas. Evidentemente, ningún profesional se sabe de memoria las leyes de todas las Comunidades Autónomas.
Igualmente, en cada lugar existe iniciativa privada y entidades del tercer sector que te pueden ayudar. Por ejemplo, si tienes un problema psiquiátrico y vives en Madrid, es bastante probable que tengas una asociación especializada con psicólogos que se dedican a eso. Pero si vives en un pueblo en una zona despoblada, esto no lo tendrás seguramente de manera presencial (aunque internet es muy poderoso).
Yo vivo donde vivo y me es prácticamente imposible conocer todas las asociaciones y fundaciones que hay en todas y cada una de las localidades de España.
Y, por supuesto, no menos importante es dirigirse hacia el profesional con educación. Parece obvio pero, al menos por email, te encuentras de todo.
Conclusiones
Los inconvenientes de las consultas de Trabajo Social en contextos no laborales estrictamente hablando (profesional al que conoces y se te ocurre comentarle algún problema, consultas por email) vienen en gran medida por la diversidad de leyes y procedimientos en las distintas Comunidades Autónomas y la complejidad de organizaciones que tratan problemas sociales incluso a nivel local.
Si planteas algo se te responderá, pero ten en cuenta que cuando vas a ver a una trabajadora social a su puesto de trabajo te preguntará muchas más cosas para poder intervenir porque es necesario.
Así que si yo aquí te doy una respuesta que no te deja 100% satisfecho, compréndelo.
Archivado en: Trabajo Social