En una entrevista con The Varsity , la Dra. Marie-Josée Fortin, coautora del artículo y profesora del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva, desglosó las ventajas y desventajas tanto de la estrategia existente como de la nueva estrategia propuesta en el papel.
La integración de la nueva estrategia de conservación requeriría actualizaciones significativas de nociones preestablecidas sobre biodiversidad, conservación y legislación. Los coautores finalmente concluyeron que la nueva estrategia valdría la pena, ya que las estrategias actuales no serán suficientes para mantenerse al día con la crisis climática.
¿Qué es la biodiversidad?
Es ampliamente aceptado que las estrategias para abordar la crisis climática deben ser multifacéticas para tratar adecuadamente una variedad de problemas conectados, desde sistemas socioeconómicos defectuosos hasta limitaciones biológicas.El término ‘biodiversidad’ se refiere a la variedad de toda la vida en la Tierra. La biodiversidad se puede cuantificar o analizar de varias maneras, lo que la convierte en un término general que abarca muchas medidas de diversidad. Tales medidas incluyen la variedad genética en una sola especie y la riqueza de especies en regiones específicas.
Actualmente, el estatus de ‘Área Protegida Permanente’ es uno de los principales métodos para preservar la biodiversidad en Canadá. Las áreas protegidas permanentes son espacios fijos que se reservan para minimizar la intervención humana. El Parque Provincial Algonquin es un ejemplo de un área protegida permanente, justo aquí en Ontario.
Las limitaciones de las áreas protegidas permanentes
Las sugerencias de Fortin y sus colegas surgieron de las limitaciones de las ‘Áreas protegidas permanentes’.Ya sea un parque provincial o nacional, Fortin señaló que las áreas protegidas permanentes pueden tardar mucho en entrar en vigor porque el proceso legislativo puede ser lento.
Además, a medida que se conviertan más entornos naturales para uso humano, será cada vez más difícil encontrar tierras para áreas protegidas permanentes.
La naturaleza estática de las áreas protegidas permanentes también plantea un importante dilema ecológico. Fortin explicó que los organismos biológicos se clasifican en muchos niveles diferentes, pero el documento aborda específicamente las metapoblaciones, las metacomunidades y los metaecosistemas.
El prefijo ‘meta’ sugiere una organización más amplia de cada grupo. Por ejemplo, una ‘metapoblación’ se refiere a muchas poblaciones a la vez y considera cómo interactúan entre sí, entre diferentes ubicaciones en lugar de una ubicación fija.
Con estos términos en mente, no sorprende que las áreas protegidas permanentes por sí solas puedan ser inadecuadas para preservar la biodiversidad. Las especies dentro de estas áreas no están completamente aisladas de sus entornos circundantes; pueden participar en interacciones significativas con entornos exteriores desprotegidos, y viceversa.
Áreas protegidas dinámicas como alternativa
Para ilustrar mejor el concepto de áreas protegidas dinámicas, Fortin se refirió a las ‘zonas de exclusión’ ya existentes, que son áreas marinas que prohíben la explotación de recursos dentro de esa área específica, generalmente solo hasta que ese recurso pueda reponerse. En otras palabras, la región solo está protegida durante el tiempo que lo exija el medio ambiente.La idea alternativa de ‘Áreas Protegidas Dinámicas’ que destacó Fortin se centraría en las especies terrestres que realizan migraciones anuales. Por ejemplo, si una especie en particular migra hacia el sur durante el invierno, el gobierno podría establecer áreas protegidas dinámicas que viajen con esa especie y que solo duren lo que dure la migración.
Con áreas protegidas dinámicas, todavía hay consideraciones económicas y legislativas. Sin embargo, Fortin y sus colegas apoyan la implementación de la estrategia, porque reconoce que el entorno ha estado y siempre estará en cambio.