Antes de que te cuente un poco más, recuerda lo que los comerciales de limpieza nos han mostrado a lo largo de la historia. Siempre está aquella mujer abnegada a su familia que te da consejos de cómo frotar aquí o allá. Otros menos directos te muestran cómo la misma señora (pero con rostro diferente), ha logrado liberarse de un poco de carga con el nuevo producto mágico.
Ahora sí, te voy a presentar el mensaje de Asevi. La cámara muestra a una mujer acariciando a su bebé de espaldas:
“Si te vienen con que las niñas juegan a las cocinitas y los niños al fútbol, tú, ni caso. Milongas. Valemos exactamente lo mismo que cualquier hombre o mujer de este planeta”, dice la voz de ella.
Todas nos emocionamos escuchando las palabras que podríamos decirle a nuestras hijas, a nuestras hermanas, o a nosotras mismas. La gran sorpresa llega cuando la cámara hace una toma de frente al bebé, y en su chupón se lee “David”. Seguido de esta imagen se muestran a muchos hombres haciendo las labores de limpieza. “Todo empieza en casa”, es el mensaje clave, consistente y directo.
Otros anuncios de la misma marca han mostrado que la limpieza ya no la hacen las mujeres, también es responsabilidad de viudas, de gays, de hombres en paro. El alcance de sus videos les ha valido la aclamación de la sociedad, incluso del Ministerio de Igualdad en España.
Cuando recordamos la enorme brecha de trabajo no remunerado entre hombres y mujeres, sabemos que un comercial no podrá cambiar todo, pero sí es una fuente de información con un alcance importante.