A tu cepillo de dientes le puedes dar una segunda oportunidad, además colaboraras con el medio ambiente para generar menos residuos y porque no, algún ahorrillo puedes hacer con esta pequeña acción.
Las características de los cepillos de dientes, como su forma y el tamaño y dureza de las cerdas, los convierten en un objeto muy práctico para acceder a sitios que, de otra forma, son difíciles.
Un cepillo de dientes se puede convertir en un excelente limpiador de uñas y tenerlas siempre impecables.
Se puede utilizar para quitar manchas en la ropa y no tener que tocar el producto con las manos.
Para limpiar los bebedores de la jaula de los pájaros u otros animales. El agua deja un verdín que con el cepillo se limpia fácilmente.
Con el cepillo de dientes también puedes limpiar las suelas de calzados más difíciles, como las que tienen ranuras, después de pisar barro u otras sustancias que se sequen y queden pegadas allí.
Para limpiar las juntas de azulejos o baldosas.Son zonas donde la suciedad se incrusta y el cepillo sirve de mucha ayuda. Lo mismo en el caso de grifos, donde la cal es difícil de quitar.
Para otros objetos pequeños también es muy eficaz,como con piezas de joyería, las cerdas son suaves para no rayar las joyas y bisuterías, además de que su tamaño reducido permite llegar en los detalles más diminutos y limpiar todo perfectamente.
Para limpiar las teclas de tu teclado sin tener que quitarlas una a una, nada mejor que pasar el cepillo entre ellas. Así quitarás el polvo y las migas almacenados.
También te puede servir para limpiar cadenas u otras partes de bicicletas, mandos a distancia, tenedores de cocina etc? ¿Veis cuantos usos le hemos dado en la segunda oportunidad al cepillo de dientes? Y seguro que aun hay muchos mas, solo tienes que usar tu imaginación y seguro que los encuentras.