Las cajas decorativas son perfectas para rellenar estanterías y para guardar cosas que no queremos que estén a la vista. En mi caso, la he utilizado para llenar de material de oficina.
Este tipo de cajas de madera fina, son ligeras y de tamaño mediano.
Lo mejor de todo es que se pueden apilar igual que las de la fruta.
Para reciclarla la hemos limpiado, y pintado. Mi primera opción era pintarla entera de blanco, pero el sello de la marca se veía demasiado. La pintura acrílica blanca, que es la que he usado para pintar, es un poco transparente para cubrir las serigrafías de las marcas.
Como no me quedaba más remedio, opté por pintar el exterior de color negro, y el interior de blanco.
¿Qué te parece? Queda chula, ¿verdad?
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