Cada vez más, países de todo el mundo están aprovechando la energía que proporciona el viento. Desde Dinamarca hasta China -y por supuesto, en España-, podemos encontrar molinos de viento y turbinas que convierten la brisa en luz, potencia y calor.
Sin embargo, como ocurre con las otras energías renovables, también hay muchas creencias falsas que recorren el planeta y se interponen en planes de reconversión energética. Ya hablé de los mitos más comunes respecto a la energía solar, por lo que hoy toca hablar sobre algunos mitos de la energía eólica.
Mito 1. La energía eólica no es fiable.
¿Qué ocurre en los días en que no hay viento? La verdad es que podría ser un problema si, en todo el planeta, la única energía renovable utilizada fuera la de la fuerza del viento. Afortunadamente, el Sol sale todos los días, y el agua sigue viva como el primer día.
Lo habitual es combinar la energía eólica con otras energías como la solar o la hidráulica, pues, como ocurre en Dinamarca (el 42% de la energía del país es eólica). Y no porque puede que haya días sin viento, sino porque utilizar múltiples fuentes de energía ayuda a crear un sistema energético mucho más limpio, sostenible e independiente. Nos ayuda, en definitiva, a desconectarnos de las energías sucias.
Mito 2. Las turbinas de viento son malas para el medio ambiente.
Si bien es cierto que algún que otro incidente con aves pasa de vez en cuando, antes de crear una “granja de viento” se estudia la zona para que no coincida con ninguna ruta migratoria de especies y para que fauna y energía puedan coexistir en harmonía.
La muerte de especies animales (especialmente de pájaros), de hecho, es mucho más elevada por tráfico y por edificios en ciudades, además de por la contaminación de las energías no renovables en el medio ambiente.
Mito 3. El campo de la energía eólica destruye trabajos.
¡Todo lo contrario! La eólica es precisamente una de las industrias energéticas que está creciendo más y a mayor velocidad. De hecho, se calcula que para el 2050 habrá dado hasta 600.000 empleos solamente en Estados Unidos.
Apostar por la energía renovable suele generar más trabajos que en el campo de las energías sucias, y genera empleos en el ámbito de la construcción, de la ingeniería, del transporte, etc. ¡Además, puede generar ingresos para individuales o pequeños colectivos o comunidades!
Mito 4. La energía eólica no es viable económicamente.
Tal y como ocurre con la energía solar, este es un mito completamente anticuado. El precio baja cada vez más, y cuanta más demanda haya, más accesible económicamente será para todos -tanto en países como España o Canadá como en países como Uganda o Brasil.
Además, los costes ambientales y sociales son también mucho más bajos, pues es una alternativa más sostenible que deriva en menos contaminación, menos casos de enfermedades respiratorias, menos destrucción de espacios naturales, y menos dependencia externa de fuentes energéticas como el carbón o el petróleo.
La energía eólica, como las demás energías renovables, no es perfecta al 100%. También requiere una modificación del paisaje natural y no deja de ser un conjunto de artefactos que, en ocasiones, es difícil de gestionar como residuo.
Aun así, suponen una alternativa mucho más beneficiosa que las energías no limpias como el carbón. Cada vez son más económicas y accesibles, proporcionan energía limpia de una manera mucho más sostenible, su contaminación es mínima, y proporcionan una solución eficaz contra el cambio climático y la pobreza energética.
Si te interesa saber más sobre energías renovables, puedes consultar las guías educativas de The Climate Reality Project. Y si todavía no formas parte de una compañía de energía renovable, ¡te recomiendo encarecidamente que busques información al respecto!
Hace unos meses que yo misma me uní a la cooperativa Som Energia, y ¡no podría estar más contenta con la energía que enciende mis bombillas! Cada vez son más las compañías que ofrecen energía limpia, no obstante, y es que su lógica y sostenibilidad es imparable.