Existen más de 500 tipos de bebidas energéticas en el mercado, pero suele ser un denominador común de todas ellas el que en su composición predominen la cafeína y el azúcar junto a otros componentes.
Preocupado por el espectacular aumento del consumo de este tipo de bebidas entre los soldados de una base americana en California, el doctor Emily Fletcher, del Centro Médico de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, decidió realizar un estudio sobre los efectos de este tipo de bebidas, estudio que se ha publicado en el Journal of the American Heart Association.
Para el estudio, los investigadores dividieron al azar 18 participantes en dos grupos. El primer grupo bebió una bebida energética disponible en el mercado con un contenido de 108 gramos de azúcar, 320 mg de cafeína y otros compuestos. El segundo grupo bebió una bebida con la misma cantidad de cafeína, 320 mg, 40 mililitros de zumo de limón y 140 ml de jarabe de cereza en agua carbonatada.
Los investigadores midieron la actividad eléctrica del corazón de los voluntarios por electrocardiograma y su presión arterial al inicio del estudio y al pasar una, dos, cuatro, seis y 24 horas después del consumo de las bebidas.
Los resultados pusieron de manifiesto que las personas que consumieron bebidas energéticas estaban mostrando signos de un retraso extra de 10 milisegundos en las pausas del corazón entre latidos. Esta pausa es “el intervalo desde el final del impulso eléctrico que genera el corazón para latir y el siguiente impulso”.
Este intervalo se mide en milisegundos y “si es demasiado corto o demasiado largo, puede causar que el corazón lata de forma anormal. Las arritmias resultantes pueden ser potencialmente mortales”, afirmó el doctor Fletcher y continuó diciendo que, para hacernos una idea del impacto de este retraso, algunos medicamentos que aumentan esta pausa en 6 milisegundos, tienen advertencias sobre sus efectos en sus prospectos.
Ambos grupos tuvieron aumentos similares en la presión arterial sistólica, pero los niveles en el segundo grupo casi habían regresado a sus lecturas originales después de seis horas.
“Por otro lado, los que consumieron las bebidas energéticas aún tenían una presión arterial ligeramente alta después de seis horas”, dijo Fletcher. “Esto sugiere que los ingredientes distintos a la cafeína pueden tener algunos efectos que alteran la presión arterial, pero esto requiere una evaluación adicional.”
Por otro lado, el último dictamen de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria confirmó la seguridad de las bebidas energéticas y sus ingredientes y, por lo tanto, dijo que no tiene ninguna justificación científica el tratamiento de las bebidas energéticas de forma diferente a las principales fuentes de cafeína en nuestro consumo diario, como son el té, el café y el chocolate.
Quizás el problema radique en el abuso, ya que la cantidad de cafeína en una lata o botella de bebida energética puede variar entre 80 mg a más de 500 mg. A modo de comparación, una taza de café contiene alrededor de 100 mg de cafeína.
¿ Qué pasa en nuestro cuerpo cuando tomamos bebidas energéticas ?
La cafeína entra al torrente sanguíneo dentro de los 10 minutos después de consumir una bebida energética, lo que provoca un aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
Durante los siguientes 15-45 minutos, los niveles de cafeína alcanzan sus nivel más alto en el torrente sanguíneo. Como resultado, una persona se sentirá más alerta y mejorará su concentración.
Toda la cafeína es absorbida entre los 30-50 minutos después de consumir una bebida energética, y el hígado responde a esto absorbiendo más azúcar en el torrente sanguíneo.
Al cabo de una hora, los efectos de la cafeína empezarán a disminuir y puede producirse un “choque de azúcar”. Los niveles de energía comenzarán a bajar y aparecerá el cansancio.
Pasarán alrededor de 5-6 horas para que el cuerpo logre una reducción del 50% en la cantidad de cafeína en el torrente sanguíneo.
Las personas que consumen regularmente bebidas energéticas pueden experimentar la abstinencia de cafeína en las 12-24 horas después del consumo, lo que incluye síntomas tales como dolor de cabeza , irritabilidad y estreñimiento.
Los consumidores regulares de bebidas energéticas, pueden tarda alrededor de 7-12 días para que el cuerpo se adapte a un consumo regular de cafeína.
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