La oferta extrahotelera del archipiélago, gran beneficiada en los años de crecimiento del destino por la sobremanda vacacional, ha recibido un golpe en este inicio de 2019.
Así, la oferta alojativa de apartamentos turísticos registró en enero 2,5 millones de pernoctaciones, unas 200.000 menos respecto al mismo mes del año anterior, lo que supuso una reducción del 7,3%, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Además, estos alojamientos perdieron 23.771 clientes, hasta quedarse en 270.123 alojados, un 8,1% menos. Dicha caída es la más importante que ha sufrido este segmento turístico a comienzos de un año desde 2009, cuando tocó fondo como consecuencia de la crisis económica.
Este sector ha ido decayendo en Canarias en los últimos años a causa del trasvase progresivo de la demanda vacacional hacia otros modelos como el alquiler vacacional de viviendas o el hotelero. En estos últimos tiempos los apartamentos consiguieron contener la pérdida de clientes, ganando incluso turistas en 2012 y 2016.
Es un espejismo que se ha desvanecido, puesto que el paso atrás ha sido catastrófico: la serie estadística histórica del INE –que empieza en el año 2000– no había registrado nunca unos datos tan bajos ni de pernoctaciones ni de clientes.
Asimismo, la ocupación de los apartamentos cayó un 2,6%, situándose en el 79,6%, unas cifras con las que las islas continúan liderando las estadísticas nacionales, a pesar de todo.
Una caída lógica
El descenso en los resultados del sector extrahotelero se ha plasmado en el descenso del empleo, ya que en enero se contabilizaban 11.456 ocupados en el archipiélago en el sector, lo que supone una pérdida de un 2% con relación al mismo mes del año anterior, esto es, 237 trabajadores menos.
Este retroceso aceleró la pérdida de oferta de apartamentos a comienzos de 2019. De esta forma, en enero se registraron 152.027 plazas extrahoteleras regladas en Canaria, unas 7.000 menos que el año previo.
La sobredemanda turística vivida en las islas, especialmente en los años 2016 y 2017, provocó la reapertura de complejos que habían salido de la explotación, llegando a rozar las 160.000 plazas.
En ese momento, los hoteleros advirtieron que, en muchos casos, era una oferta de baja calidad que se aprovechaba de las circunstancias, por lo que la situación se ha restablecido.