El compostaje de cuerpos humanos parece estar haciéndose popular en Estados Unidos, al menos en el ámbito jurídico. El método funerario ya está legalizado en los estados de Washington, Oregón, Vermont, Colorado y ahora también se suma a la lista California.
El proyecto de ley, presentado por la asambleísta Cristina García en 2020, fue sancionado por el gobernador de California, Gavin Newsom. La ley permite a los californianos convertir los restos humanos en abono para el compostaje, y es entonces una alternativa a los impactos ambientales causados por los servicios funerarios tradicionales, como el entierro y la cremación.
Entre los problemas de los enterramientos masivos se encuentran: la contaminación del suelo y de las aguas subterráneas, la contaminación por metales pesados en las asas de los ataúdes y la fuga de gas sulfurado debido a la mala construcción y mantenimiento de las tumbas y panteones.
Un estudio comparativo del impacto ambiental entre la cremación y el enterramiento, realizado por Gabriela Cavion, licenciada en Ingeniería Ambiental, señala que una de las ventajas de la cremación es que no genera contaminantes líquidos, pero, en cambio, el proceso genera emisiones a la atmósfera, aunque sea en bajas concentraciones.
Compostaje humano
Titulado reducción orgánica natural (NOR por sus siglas en inglés), el nuevo método propone descomponer los cuerpos de forma natural. Para ello, el fallecido debe introducirse en una caja de acero de dos metros y medio de longitud. También se depositan en su interior materiales biodegradables, como alfalfa y serrín, y el cuerpo permanece entre 30 y 60 días. Este tiempo es suficiente para completar el proceso de descomposición.El calor mantiene la actividad microbiana superactiva, dice Micah Truman, director general de la empresa funeraria Return Home, que ofrece el servicio en Estados Unidos. El resultado es un abono que puede utilizarse para devolver literalmente a la tierra al ser querido.
Return Home estima que el sistema es aproximadamente un 90% más limpio en comparación con la cremación, en la que se utilizan 135 litros de combustible y se liberan 245 kg de CO2 a la atmósfera.
Según un informe publicado por el periódico The Guardian, el compostaje cuesta entre cinco y siete mil dólares, lo que equivale a un entierro y una incineración en California. En otras palabras, la alternativa tampoco costará más que los métodos tradicionales.
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