¿Qué es la Aloe Vera?
La planta de aloe vera o sábila es utilizada desde hace más de 4500 años por los Egipcios y los griegos para combatir dolencias, gracias a su demostrada eficacia en el tratamiento de quemaduras, cura de heridas, irritaciones dermatológicas , fortalece el sistema inmunológico frente a enfermedades, entre otras.
Todos los remedios caseros y elaboraciones se debe realizar con el gel que se extrae de las pencas de las plantas.
Lo más recomendable sería cultivarla en casa, es muy sencillo ya que la planta es muy resistente y se puede mantener sin necesidades de grandes cuidados. Simplemente necesitas una maceta de barro, preferentemente sin esmalte que tenga buen drenaje. Colocarla en un lugar de la casa donde le de el sol directo, ya que se desarrolla muy bien en temperaturas de entre 18 y 25º.
Propiedades medicinales del Aloe Vera
Actúa como regenerador celular: Gestiona los procesos de evolución de la piel de forma segura y ayuda a combatir el envejecimiento prematuro, reducir los índices de flacidez y mejorar la pigmentación.
Mejora la elasticidad: Sus componentes se inmiscuyen de forma concreta con los tejidos epiteliales para brindar tonificación, y a la vez elasticidad.
Cicatrización: Uno de los más grandes beneficios, es su poder cicatrizante, puesto que un uso constante, se transforma de inmediato en un modelo de clausura de heridas, y reconstitución de las formas y color que antes se poseía.
Elimina las manchas de la piel, especialmente las causadas por el sol.
Para el acné: Uno de los problemas hormonales más comunes en adolescentes, jóvenes y adultos jóvenes, es la proliferación del molesto acné esencialmente en rostro, brazos y espalda, y aunque es de hecho un acto natural, son antiestéticos, fastidiosos y en muchas ocasiones, hasta dolorosos. El jabón de aloe vera actuará directamente en las zonas afectadas brindando hidratación, previniendo la aparición de cuerpos sebáceos y cicatrizando una vez se haya conseguido desaparecerlos.
Para el cabello: No solo de piel se trata. Este tipo de jabones incita la regeneración capilar haciendo que el cuero cabelludo produzca más y mejor cantidad, devolviendo el color natural, ayudando en la recuperación del daño por el uso de elementos de belleza; manteniéndolo limpio, suave, sedoso, sin posibilidades de aparición de la molesta caspa y repeliendo la aparición de piojos y liendres.
Además de poseer multitud de propiedades beneficiosas para nuestra salud, el Aloe Vera es capaz de absorber elementos tóxicos derivados de materiales de PVC, pinturas, esmaltes,etc.
Hoy por ejemplo hablaremos sobre las distintas maneras de producir un jabón casero a base de aloe vera, y los beneficios que este conlleva; en concreto:
Cómo hacer jabón casero de Aloe Vera con Sosa Caústica
Cómo hacer jabón casero de Aloe Vera Sin Sosa Caústica
Cómo hacer jabón casero de Aloe Vera Líquido
Cómo hacer jabón casero de Aloe Vera y Miel
Cómo hacer jabón casero de Aloe Vera
Seguramente tras leer sus innumerables propiedades te estarás preguntando cómo elaborarlo. La respuesta está dividida en varias secciones , pero antes debes tener en cuenta el uso de los siguientes elementos para hacer más fácil, rápido, y seguro el trabajo.
El método a utilizar en este caso es en frío , antes de nada debéis tener en cuenta los siguientes consejos:
Es recomendable trabajar en un lugar bien ventilado.
Delantal para protegerte del contacto con la sosa caustica.
Gafas de protección para evitar contaminación en mucosas con algunos de los elementos.
Guantes de látex como aislante de posibles alergias.
Batidora de mano para la mezcla de los ingredientes.
Balanza de cocina pues todo se debe hacer con suma precisión.
Utensilios en acero inoxidable, hay que recordar que en este tipo de elaboraciones está prohibido el uso de hierro, zinc o aluminio.
Jarra de cristal resistente al calor, puede ser de las que son aptas para microondas.
Termómetro de alcohol, jamás de mercurio porque puede estallarse y ocasionar daños gravísimos.
Moldes de plástico o madera que seguramente tienes en casa.
Un estante aislado de altas temperaturas para curar el jabón.
Este primer tipo de jabón que haremos, nos dará las bases para los siguientes, pues cuentan con prácticamente los mismos ingredientes, sin embargo los recordaremos en cada sección para que sea más útil y veas las variaciones con las que cuenta cada uno.
Ingredientes:
2 pulpas de 2 ramas de aloe vera, recuerda retirarles la piel (parte verde y dura que recubre la sustancia viscosa).
Aceite esencial de Romero que es opcional por si quieres aromatizarlo.
750 gramos de aceite de oliva
95 gramos de sosa caustica.
234 gramos de agua.
Recipiente de plástico adecuado y suficientemente grande para la preparación.
Si queréis cambiar las medidas os recomiendo que uséis la calculadora de saponificación de mendrulandia .
Preparación:
Con los guantes, delantal y gafas, abre la sosa caustica y disuélvela en un recipiente de plástico añadimos la sosa al agua NUNCA A LA INVERSA, ya que la reacción que produce aumenta la temperatura cerca de los 80º.
Se remueve con sumo cuidado la solución hasta que la sosa se disuelva completamente ( usar una cuchara de madera o de plástico).¡¡Mucho cuidado y esperar a que se enfríe!!. A este preparado se le conoce como lejía caústica.
Calentamos ligeramente el aceite en un cazo. Este es el paso más importante, ya que las temperatura del agua con sosa como la del aceite calentado tiene que equipararse, más o menos a unos 40º centígrados. Para ello usar un termómetro de cocina
Cuando se llegue a dicha temperatura (40º)Vierte lentamente la lejía caústica al aceite y bate habiendo círculos en la misma dirección con la batidora, a mínima potencia, durante 30 segundos , para después incrementarla un poco y seguir batiendo durante un minuto.
Por último, colocamos la batidora a máxima velocidad y batimos durante 3 minutos más. El punto se consigue cuando tiene una textura similar al flan, quedando una ligera señal de las gotas o surcos que realizamos.
En este momento se introduce a la mezcla el gel o pulpa que previamente tenías preparado, se bate unos segundos.
Volcar en los moldes (los usados para repostería por ejemplo).
Tapar bien el molde con film de cocina y cubrir con un paño para mantener todo el calor, para evitar un fenómeno denominado ”ceniza”, que afea el jabón.
Dejamos reposar la mezcla durante 24-48 horas para que endurezca lo suficiente y se puede desmoldar.
Es necesario que transcurran de 4 a 6 semanas para que culmine todo el proceso de saponificación del jabón y la sosa quede inactiva antes de utilizarlo.
A mayor tiempo de curación, mayor calidad.
Os comparto un vídeo interesante que lo explica paso a paso:
Como curiosidad os dejo un vídeo donde explican otra forma de elaborar este jabón usando una mayor cantidad:
Por otro lado, si preferís hacer jabón de aloe vera sin sosa caustica a continuación os muestro otras recetas que seguro os va a encantar.
Cómo hacer jabón de aloe vera sin sosa caustica
En esta sección elaboraremos un jabón de aloe vera, sin sosa caustica y para ello es necesario lo siguiente:
Ingredientes:
4 pulpas de aloe vera (gel).
2 pastillas de jabón de glicerina de 250 gramos.
100 ml de aceite de oliva.
Aceite esencial.
Preparación:
Derrite las pastillas de jabón de glicerina en un bol e introdúcelo en el microondas 4 minutos máximo o si lo prefieres en una cazuela hasta que veas que se ha derretido.
Una vez hecho sácalo e incluyes el aceite esencial (unas gotitas de aceite esencial de romero por ejemplo )y las pulpas de aloe vera.
Deja reposar estos ingredientes y calienta los 100 ml de aceite de oliva y entíbialo no permitiendo que hierva.
A continuación añade lentamente el aceite tibio a los demás ingredientes en una batidora. Mezcla hasta obtener homogeneidad, brillantez y buen aroma. Llévalo a los moldes, y déjalo un día en reposo.
Cómo hacer jabón de aloe vera líquido.
Es realmente fácil hacer jabón líquido, en otro post ya hablamos de cómo hacer jabón liquido casero a partir de alguna pastilla de jabón que tengamos.
Hoy te mostraré cómo hacer jabón de aloe vera líquido.
Ingredientes:
Trozos de jabón de aloe vera (es importante hacer el proceso de jabón de aloe vera natural, para conseguirlo líquido).
2 cucharadas de glicerina.
Esencia de lavanda.
3 litros de agua.
Medio limón.
Preparación:
Lleva la mitad del agua a hervir, solo la mitad (1.5 litros), una vez lo haga, apagas. Mientras ello sucede ralla el jabón de aloe vera y añádelo al agua caliente.
Exprime un limón, incluyendo el zumo resultante en la mezcla de agua y ralladura de jabón.
A continuación se incluye las 2 cucharaditas de glicerina y una cucharadita de esencia de lavanda(o si lo prefieres 5-6 gotas de aceite esencial de lavanda).
Revuelve todo con una cuchara de madera y posteriormente con labatidora; tras un minuto de ese proceso añade el resto del agua (1.5 litros) y vuelve a batirlo por dos minutos más.
Viértelo en los recipientes que desees
Consejos fáciles y económicos para hacer jabón líquido casero
Cómo hacer jabón de aloe vera y miel.
En este caso los ingredientes serían los siguientes:
Ingredientes:
La pulpa de 4 ramas de aloe vera.
4 cucharaditas de miel.
2 pastillas de jabón de glicerina de 250 gramos.
100 ml de aceite de oliva.
Ralladura de un limón.
Aparte de ello necesitaremos un bol de cristal, un horno microondas y una batidora.
Preparación:
¡A prepararlo!:
En el bol dejamos las 2 pastillas de glicerina, las llevamos a la cazuela o al microondas hasta que se derrita (sucede a los 3 o 4 minutos aproximadamente).
Posteriormente tomamos la pulpa de sábila (recuerda que no debe quedar piel) y la introducimos en el bol junto con la ralladura de limón.
Se calienta el aceite de oliva hasta que quede tibio.
Llevamos toda la mezcla a la batidora y con poca potencia comenzamos a hacerlo manual o, si es eléctrica, hacerlo muy despacio mientras vamos añadiendo el aceite tibio. Se formará una mezcla homogénea con un excelente olor.
Lo llevamos a un molde de plástico, vertemos la mezcla directamente desde nuestra batidora, sin rebosar por completo el molde.
Finalmente se lleva al frigorífico donde cuajará mejor, lo ideal es dejarlo un día allí, luego podrás sacarlo, partirlo en pequeñas pastillas para su uso diario y regresarlo al mismo lugar para mantenerlo fresco.