Existen múltiples formas de extraer y aplicar las sustancias activas- y, por tanto, las propiedades curativas- de las plantas medicinales. Muchas plantas son más efectivas utilizadas de una forma que de otra, o según el modo que se tomen o se aplique se utilizan para diferentes dolencias. En función del remedio que convenga utilizar, se usará una u otra parte de la planta, debiendo ser recolectada para eso en el momento preciso.
La planta fresca
Las propiedades medicinales de algunas plantas se encuentran en la planta fresca, que puede tomarse como ingrediente de una ensalada o extrayendo el zumo. Buenos ejemplos son las hojas tiernas de diente de león y de ortiga- que poseen muy buen sabor y son depurativas-.
Las plantas en polvo un remedio de herbolario
Se obtiene triturando la planta seca. Hoy en día, se suelen tomar las hierbas en polvo preparadas en cápsulas de gelatina, aunque también se pueden tomar con agua o mezclándolas con mermelada o miel. Así es como se puede tomar la raíz de valeriana, qué es un buen remedio para los desórdenes de tipo nervioso.
El extracto un proceso farmacológico
Se trata del producto que se obtiene como resultado de la evaporación de una maceración en agua o en una solución alcohólica. Se utiliza diluido, a razón de una cucharada de extracto por cada 200 ml de agua. El extracto de árnica es muy apreciado para contusiones.
El jugo, una técnica compleja
Se obtiene exprimiendo la planta fresca. Para extraer el jugo de algunas plantas muy secas o leñosas, hay que someterlas primero en acción del agua caliente. El jugo puede ingerirse o utilizarse externamente para curar heridas. El llantén es un remedio tradicional contra la tos.
La maceración
Se prepara dejando reposar la planta, durante unas cuantas horas, en agua fría o fresca. Se utiliza para extraer de las plantas principios que son inestables frente al calor. La maceración de zarzaparrilla constituye un buen remedio depurativo, que estimula la limpieza del organismo.
La infusión, el procedimiento más común
Se prepara echando agua hirviendo sobre la parte de la planta a utilizar, habitualmente las flores o las hojas, y se deja reposar unos minutos. Si se desea, se puede edulcorar con miel, sirope de manzana o azúcar. Una infusión popular es la de poleo-una planta aconsejada en caso de afecciones respiratorias-.
La decocción
La planta se hierve, a fuego lento de 20 a 30 minutos, y luego se deja reposar. En general, se utiliza en cocción las partes más duras de la planta, como la raíz los tallos y las semillas. La cocción de corteza de abedul y se utiliza como astringente y como diurética y la raíz de primavera tradicionalmente se emplea como remedio contra la tos.
Otros usos de infusiones y cocciones
Gargarismos
Se trata de un procedimiento que utiliza la infusión, la cocción o la tintura diluida de una planta. Se suele utilizar plantas astringentes para afecciones de amígdalas y garganta. La malva o el tomillo actúa sobre las vías respiratorias y ejercen una acción desinfectante.
Enjuagues
También es un procedimiento que usa la infusión, la cocción o la tintura de una planta pero para este caso para las infecciones de la boca (como dolor de muelas). La salvia por ejemplo alivian la inflamación de las encías y elimina el mal aliento.
Imágenes cortesía de: indigohierbas.es misremedios.com blog.naturitas.es