Por suerte o por desgracia, yo estoy en el bando opuesto. Odio las compras, de cualquier tipo. Buscar lo que quieres/necesitas, decidir, esperar a pagar, irte a casa con una carga que duplica su peso a cada paso que das... Y aún encima, cuando llegas, en vez de aliviar tu cansancio tras tal odisea, tienes que colocar las cosas que hayas comprado. ¿Qué tiene de bonito y de adictivo?
Esta aversión hace que me lo piense muy mucho antes de comprar nada, y eso es bueno, porque a veces se acumulan cosas inútiles que no se usan nunca o se compran productos que acaban en la basura.
¿ Y tú que haces? ¿Compras por impulso o te lo piensas antes de decidir? ¿En qué te fijas a la hora de elegir lo que compras?
Es importante que consumamos de forma responsable y si quieres saber como, sigue leyendo :)
No compres lo que no necesites
Más simple imposible, si no lo necesitas, no lo compres. Y si lo necesitas, busca la forma más sostenible de obtenerlo.
Permíteme que rescate un esquema que hice para uno de mis primeros post para ilustrar lo que digo. Esto es lo que deberías preguntarte antes de comprar nada.
¿Cómo saber cual es la opción más sostenible? Pues...
Lee mucho
Sí. Léetelo todo. La información que necesitas de cada producto suele estar en las etiquetas, de forma clara a veces o disfrazada en otros casos. Lee todas las etiquetas antes de comprar nada y aprende a interpretarlas.
Es probable que te vuelvan tarumba con sellos y certificaciones: bio, eco, vegan, organic y sus tropecientas veinticuatro mil combinaciones. Estas cosas están muy bien si sabes que significan, pero nadie tiene la capacidad de reconocer tanto sello y saber que tiene de particular cada uno. Además luego, están estas cosas:
Imagen obtenida de la página "Ecología Verde"
¿Tiene algún sentido que le pongan un sello a los productos si luego vienen plastificados hasta la saciedad? Desde luego el impacto ambiental aquí no se está teniendo en cuenta.
Así que antes de dejarte llevar por un sello atiende a lo siguiente.
Análisis del ciclo de vida
¿Qué es esto? Pues no es más que analizar el impacto de un producto desde "la cuna a la tumba", su historia al completo.
Este análisis tiene en cuenta la extracción, producción, distribución, uso y final de la vida útil de un producto. ¿No seria estupendo que a los consumidores nos proporcionaran esta información en lugar de plantarnos una etiqueta que no comprendemos?
Veamos como ejemplo la vida de una lata de aluminio, de esas en las que vienen los refrescos.
Bauxita. Sí, estás bebiendo de una roca. La imagen prodece de Enciclopèdia.cat
- Extracción de las materias primas: La materia prima fundamental para hacer aluminio es la bauxita. Este mineral se extrae de minas a cielo abierto, principalmente en Brasil, Guayana, Jamaica y Australia. Ahí al ladito, vamos.
- Producción: La bauxita y otros componentes son transportados a una fábrica, que probablemente no está en tu país. El procesamiento del mineral para las latas de aluminio requiere de varios pasos que consumen mucha energía, incluido el refinado de alúmina, fundición, colada de lingotes, fabricación de láminas...
El aluminio reciclado también se incorpora al producto final, cuyo procesamiento tiene sus propios impactos (más reducidos).
- Distribución: Luego las latas son envasadas (casi siempre con plástico) y transportadas a las tiendas.
- Uso: Bueno, yo no sé que uso harás de las latas, pero normalmente se bebe de ellas y ya está. Esto no tiene un impacto que cuantificar en sí. No es como un coche, que a lo largo de su vida útil está causando un impacto constante.
- Fin de la vida: Algunas latas son recicladas y vuelven a tener una vida. Pero por desgracia, la mayoría (al menos en España) terminan en un vertedero.
Cuanta cosa para una sola lata, ¿verdad? Ni siquiera nos paramos a pensarlo y tampoco podemos analizar cada producto que compramos de esta forma por dos razones: no disponemos de toda la información y tendríamos que dedicarnos en exclusiva a ello. Pero, ¿no sería estupendo que en lugar de un sello que no nos dice nada, nos contaran esto de forma que lo podamos entender?
Pues cuentan las leyendas, que hay productos que ya incluyen información sobre su ciclo de vida en las etiquetas, pero yo no los he visto aún. Esperemos que la tendencia vaya por ahí y dejen de inventarse sellos y certificaciones cuya finalidad es el beneficio económico.
Y ahora me dirás que mucho de lo que te estoy contando no está en tu mano o no lo puedes controlar. Te diría que como consumidor tienes derecho a reclamar blablabla... Pero vamos a lo práctico: sigue leyendo.
Las 6 R del consumo sostenible
Las 6 R son 6 (bien por mi) principios para lograr un consumo sostenible. ¡Vaya tela! Eso lo dije en el título con menos palabras... Los principios son:
- Repensar
- Reestructurar
- Reducir
- Reutilizar
- Reciclar
- RedistribuirMe ha gustado el siguiente vídeo sobre el tema:
Sería genial si todos los consumidores llevaramos esto a la práctica en nuestro día a día. Como tú no eres todos, empieza por tu todo, que eres tú. O lo que es lo mismo, aplícate el cuento.
Conclusión
Como he dicho muchas cosas e igual te has cansado de leer por la mitad y te has venido directamente a la conclusión, voy a hacer un breve resumen:
No compres lo que no necesitas.
Si lo necesitas, busca la opción más sostenible.
Infórmate, lee mucho, muchísimo (esto vale para todo en la vida).
Sigue las 6 R.Hiper-resumen para los más vagos: Compra menos y mejor.
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Que escribo muchas chorradas y alguna cosa interesante.
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