Actualmente, se está tomando conciencia y cada vez son más los agricultores que mantienen cubiertas vegetales durante parte del año manejándolas de una forma sostenible. Desde el enfoque agroecológico, la cubierta vegetal no es un problema, sino un aliado: un elemento fundamental en el agrosistema, que protege el suelo, incrementando la materia orgánica y su actividad biológica, y que incrementa su diversidad y su complejidad ecológica, pudiendo actuar positivamente en el control de plagas y enfermedades.
Las cubiertas herbáceas son cada vez más usadas en los cultivos leñosos, sobretodo, gracias a las ayudas agroambientales de la PAC. Dichas cubiertas cumplen numerosas funciones, entre las que destacan:
- Aportar materia orgánica al suelo.
-Evitar pérdidas de N por lixiviación o volatilización
-Aumentar la actividad biológica del suelo
-Acelerar la mineralización del humus y que sean mejor asimilables los nutrientes del suelo por los cultivos leñosos.
-Mejorar la estructura del suelo
-Reducir el riesgo de erosión
-Servir de refugio a los insectos depredadores de plagas del cultivo.
-Servir como alimento para el ganado
-Fijar nitrógeno en caso de leguminosas
-Aumentar la captación de CO2 atmosférico
-Amortiguar los cambios de temperatura
-Aumentar la infiltración de lluvia
-Colaborar en el control de malas hierbas por los efectos competitivos y/o ciertas sustancias que producen
*Fuente utilizada: https://www.alvelal.net/