Uno de los pilares principales para el plan de economía circular de la Unión Europea es el manejo de residuos sólidos, después de todo, la lógica detrás de esta estrategia radica en que la reutilización de residuos como recursos, de tal manera que, se reduzca el consumo de materia prima y recursos naturales. Esta medida, en apariencia simple, ha probado ser un desafío sin igual para muchos países incluyendo a España.
Quizás no debería sorprendernos, pues aunque desde afuera parezca una problemática intrascendente, en realidad el manejo de los residuos sólidos es una parte vital del funcionamiento de las comunidades a gran escala. Las grandes ciudades producen enormes cantidades de plástico, vidrio y otros productos de desecho todos los días; su recolección, limpieza, reutilización y reciclaje exigen de una gran cantidad de tiempo, esfuerzo y recurso, incluso suelen requerir de un robusto marco de leyes que permitan que se lleve a cabo de manera eficiente. Una economía circular exitosa requiere que todos estos factores confluyan para dar lugar a un sistema en el cual los residuos sólidos puedan recircular casi de inmediato.
En España todavía no se ha alcanzado un nivel tan eficiente en el manejo de residuos sólidos, pero se tiene esperanza en que los cambios producidos por la nueva ley ayuden a remediar la situación. Sin embargo, el anteproyecto a esta, que será discutido a inicios del año 2021, fue duramente criticado por autoridades, expertos, científicos y políticos que exigen medidas más estrictas en el manejo de los desperdicios.
Exigencias renovables
Los consultores proponen una serie de medidas indispensables para que la nueva ley de residuos cumpla cabalmente con su función de dirigir a España hacia el cumplimiento de los objetivos marcados por la economía circular. Estas sugerencias están basadas en las medidas tomadas por otros países, así que se sabe que su aplicabilidad está respaldada por antecedentes.
En primer lugar, se enfatiza la necesidad de disminuir la elaboración de productos de consumo. Descontinuar los envases desechables de plástico y vidrio reemplazandolos por modelos reutilizables. De igual manera, se exige suspender el uso de materiales químicos dañinos en envases reutilizables.
Así mismo, se exige un mayor compromiso a los fabricantes de estos productos. Deberán responsabilizarse por el volumen de producción y sus estándares de calidad y someterse a sanciones importantes en caso de incumplir con las pautas señaladas.
También se llama la atención al hecho de que todavía no existe una infraestructura adecuada para la reutilización eficiente de botellas, latas, productos textiles y otros tipos de residuos sólidos. Hace falta un cambio transversal que convierta la reutilización de estos desechos en una alternativa verdaderamente viable.
Finalmente, la propuesta más popular consiste en establecer un sistema de depósito con cuotas para envases reutilizables. Este sistema permitiría la devolución de los envases cortando desde el origen una de las mayores fuentes de vidrio y plástico de desecho. Además de reforzar la confianza del público en la economía circular.
En contra del progreso
La gestión efectiva de los residuos sólidos representa un gran desafío, pero no solo por sus propias circunstancias sino también por otras complicaciones. El manejo de los residuos se relaciona con muchas áreas de importancia económica, jurídica, legal y social, de tal manera que muchas personas en España podrían ver sus intereses afectados por una ley de residuos que plantee medidas fuertes de apoyo hacía la reutilización y el reciclaje. Cómo suele ocurrir, las medidas severas despertarán el descontento de algunos sectores, pero incluso ellos deben aceptar que nos acercamos peligrosamente al punto de colapso de nuestro sistema de consumo actual.
Por esa razón, debemos actuar de manera decisiva y exigir una legislación fuerte y que se respete para alcanzar una verdadera economía circular. El momento de la indecisión ha pasado y es hora de tomar el futuro en nuestras manos.