La mayoría de nosotros desea vivir en un mundo más verde. Anhelamos disminuir nuestro impacto en el medio ambiente y contribuir de alguna manera con este gran proyecto que llamamos planeta sostenible. Sin embargo, cuesta un poco conectar todos esos esfuerzos e identificarlos a gran escala.
En ese sentido, resultan alentadoras medidas como las que adelanta la Unión Europea a través del Pacto Verde, que se fundamenta en un conjunto de acciones bien estructuradas para “impulsar el uso eficiente de los recursos pasando a una economía circular limpia.”
Como parte de este proyecto, en marzo 2020 se aprobó el llamado Plan de Acción para la Economía Circular, con el que la Comisión orienta sus recursos al crecimiento sostenible, proponiendo pautas concretas respecto al ciclo de vida de los productos, la estandarización de las normas relacionadas con el manejo eficiente de los recursos, la disposición adecuada de los desechos y los derechos de los consumidores.
Primeros pasos
En marzo de 2015 se publicó un informe previo. Para diciembre de ese año, la Comisión inició el proceso de transición de la Unión Europea hacia un modelo económico más sostenible, creando medios de producción adecuados y a su vez, extendiendo el tiempo de vida útil de los recursos.
Este conjunto de 54 acciones busca concatenar la labor de entes reguladores con iniciativas de distintos sectores involucrados, a fin de abarcar toda la cadena de “producción, consumo, gestión de residuos y materias primas secundarias”, clasificando los focos de interés en: Plásticos, desperdicio de alimentos, biomasa y productos de origen biológico; crudo crítico, materiales de construcción y demolición.
Fábricas del futuro
Dentro de las acciones que se desprenden de este proyecto, se incluyen importantes mejoras en las distintas áreas productivas orientadas principalmente al diseño ecológico y el respeto por las siguientes directrices: Durabilidad, reciclabilidad, reutilización, reparabilidad y declaración de materias primas críticas.
Entre 2016 y 2019 se trabajó en el desarrollo de normas específicas que permitieron estandarizar los requisitos de ecodiseño, al igual que lo relativo a eficiencia de los materiales en toda la UE. En ese contexto, se revisaron las regulaciones vigentes para el etiquetado energético.
En cuanto a las pantallas electrónicas (en este grupo entran los televisores), se establecieron nuevos requisitos de diseño ecológico, buscando promover la reparación y reciclado. Lo mismo ocurrió en sectores como minería, avicultura, materiales no ferrosos y el de productos químicos.
Papel del consumidor
Los consumidores tienen un rol relevante en este cambio de estructura y la educación e incentivos resultan de gran ayuda. Por ejemplo, el sistema de puntuación de la reparabilidad de los productos genera mayor conciencia entre los compradores.
De allí que la “etiqueta ecológica” implementada y mejorada por la UE constituya una guía para la adquisición de productos con un mayor rendimiento ambiental e inclusive se tome en cuenta para realizar contrataciones públicas.
De acuerdo a lo señalado en el informe: “Desde diciembre de 2018, 72 mil 227 productos y servicios disponibles en el mercado han sido premiados con la etiqueta ecológica de la UE, 27 mil 514 más que en 2015”. Estas cifras corresponden a 2019.
Mejor gestión de desechos
Uno de los puntos de importancia es la revisión de los procesos de gestión de desechos en todos los ámbitos, que desde julio 2018 cuenta con nuevas directrices. Estas incluyen mayores responsabilidades para quienes los producen y la “unificación de criterios respecto a la recogida selectiva de plástico, vidrio, metal y papel”.
Asimismo, se incluyen planes para transformar los desechos en energía, fundamentados en el proyecto “El papel de la energía de los residuos en la economía circular “, de enero 2017.
Modelo de Sostenibilidad
Con estas medidas, la UE busca que exista coherencia entre las decisiones que tienen lugar en materia de sostenibilidad. Según el organismo, las 54 acciones han sido aplicadas o se encuentran en marcha, lo que permite asegurar que el plan de acción se ha cumplido a cabalidad. Además, su puesta en marcha ha contribuido con la creación de nuevos empleos y oportunidades de negocio en la región.
A ese respecto, el Primer Vicepresidente y responsable de esa área Frans Timmermans, señala que “la economía circular es clave para ir haciendo sostenible nuestra economía y cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de alcance mundial”. Sin duda, cada uno de estos logros nos coloca a todos un paso más cerca de vivir en un continente climáticamente neutral para 2050.
Autor
Redactor l Laura Planas
Periodista con experiencia en Comunicación Corporativa, Estratégica, Marketing Digital y redacción de contenidos.