Pasarían ocho años hasta que, gracias a la caída del Muro de Berlín y la Revolución de Terciopelo, pudiese volver a establecer contacto con su país. No obstante, durante ese tiempo esta impresionante mujer se formó en la Universidad de Essen y desarrolló un estilo muy personal en el que prima el gusto por el detalle y la plena atención al individuo.
Ahora, la Fundación Mapfre nos acerca un poco más a su mundo con una fabulosa exposición hasta el dos de septiembre. Ésta se dividide en nueve series. La primera se centra en Rokytník, el pueblo en el que Jitka creció y donde reside su familia. Una maravillosa colección en la que la artista intenta plasmar todo el tiempo perdido.
En segundo lugar, Bewohner, el lugar totalmente opuesto al anterior en el que esta mujer pasó sus años de soledad, incomunicación y sus sentimientos de pérdida de sus raíces. Brizton nos enseña el proyecto que llevó a cabo para la Photographer's Gallery en el citado barrio de Londres y muestra diferentes generaciones de mujeres que habitan un lugar lleno de violencia y marginal.
En Forest sentimos desde dentro el alma de un bosque y en Here observamos la yuxtaposición del ser humano con la naturaleza, del desarrollo urbano y el paisaje. Cotton Rose rememora sus experiencias en un viaje a japón con imágenes que huyen del arquetipo, mientras que There ir Something I don't know plasma el carácter de la individualidad personal mediante diferentes retratos.
Fotos: La razón y Jitka Hanzlová/Exposición Fundación Mapfre
Por otro lado, Horses nos hace sentir su especial devoción por los caballos en primicia y de una manera muy diferente a la habitual y Flowers rememora la caducidad de la vida y la perennidad e la muerte a base de naturalezas muertas.
¿Qué os parece?