Campo de cultivo salpicado de setos. Foto: Ioannis Loannisdis
Los agroecosistemas en líneas generales son los ecosistemas creados por el ser humano cuya principal finalidad es la producción de alimentos, fibras, biocombustible, aceites y medicamentos. En otras palabras, se trata de zonas de cultivos y pastizales.
De hecho, las actividades agropecuarias son responsables de la pérdida de vegetación y la transformación del paisaje. Así mismo, demandan gran cantidad de agua, contaminan suelos por el vertido de agroquímicos y emiten gases de efecto invernadero.
Pero, también sabemos que la agricultura y ganadería son indispensables para nuestra existencia, y es posible desarrollarlas de forma amigable y beneficiosa para la naturaleza.
Como dato curioso, en España los agroecosistemas con los ecosistemas más extensos, representan alrededor del 50% de la superficie del país.
En vista de que lo cotidiano es mirar estos paisajes cuando vamos en el coche y que comemos de ellos. Es evidente que se requiere aplicar principios de restauración ecológica para garantizar la biodiversidad circundante y la calidad de vida de las personas.
Desde un punto de vista flexible, esta restauración de agroecosistemas abarca: la implementación de buenas prácticas agrícolas como agricultura ecológica y agricultura de conservación; la transformación de los agroecosistemas en bosques y matorrales, la recuperación de humedales, etc.
Dentro de las buenas prácticas, se encuentra una con grandes aportes tanto para la biodiversidad circundante como para la producción agrícola, se trata de los setos o cercas vivas.
Los setos ofrecen servicios ecosistémicos
Los setos son hileras de árboles y arbustos dentro de campos de cultivos, generalmente situados en los bordes de las parcelas, en los terraplenes o alrededor de los cursos de agua.
Estos setos ofrecen grandes servicios medioambientales y agrícolas, por ejemplo: protegen los cultivos del azote del viento y los rigores del clima; reducen la erosión del suelo y contribuyen a su formación; aportan y retienen agua, nutrientes y materia orgánica alrededor de un 22%; atraen polinizadores y controladores naturales de plagas; aumentan la producción agrícola y el rendimiento de la cosecha; incrementan la biodiversidad y sirven de corredores biológicos. Además, aumentan la resiliencia del agroecosistema ante el cambio climático.
También, en el caso de invernaderos, es conveniente tener entre cada instalación setos para el control de las plagas y la conservación medioambiental.
Incluso los campos con setos son considerados como Zonas de Alto Valor Natural, denominación para espacios asociados al medio productivo, donde habitan especies de interés de conservación.
Los Sistemas de Alto Valor Natural (SAVN) son fincas con prácticas agrarias o forestales extensivas que, a diferencia de las intensivas, no sobreexplotan la fertilidad del suelo usando productos químicos o sistemas de riego, sino que aprovechan las condiciones y los recursos naturales de cada lugar. Algunos ejemplos son las estepas de cereales con rotación de cultivos de legumbres y barbecho, y las dehesas o prados donde pasta libremente el ganado.
Una web que ayuda a identificar las mejores plantas para setos
La Fundación Internacional para la Restauración de Ecosistemas (FIRE), ha creado una herramienta web para conocer cuáles especies plantar en el seto según el tipo de cultivo que se tenga, el servicio ecosistémico que se necesite y la ubicación de la parcela (provincia y municipio)
Se llama AgreTTos, y con ella la fundación busca promover la restauración ecológica de los agroecosistemas mediterráneos junto con la conectividad de los territorios, ya que los setos sirven como autopistas para la naturaleza.
Posee un catálogo interactivo en el cual podréis conocer más de 200 especies autóctonas de árboles y arbustos adecuadas para el seto. Lo mejor del caso, es que está disponible para productores, gestores del territorio, instituciones y público en general.
Así, por ejemplo, podréis saber que plantar un seto dentro de una parcela de frutos secos, ubicado en Almería, concretamente en el municipio Zurgena, con lavanda dentada (lavandula dentada) ofrece como servicios ecológicos el control de la erosión, el control de plagas y, además, la polinización del cultivo. De igual forma, serviría plantar coronilla de rey (Coronilla minima).
En cambio, para un viñedo en Rasueros, Ávila, el seto de sosa (Atriplex halius), controlará la erosión y la bocha basta (Dorycnium pentaphyllum), fijará nitrógeno y ayudará en la polinización.
Los setos o cercas vivas permiten conciliar agricultura y conservación ambiental. También, mejoran la calidad del cultivo y evitan el empleo de agroquímicos y la degradación del suelo.