Aun no os hemos desvelado todas nuestras compras para decorar con artesanía marroquí nuestra casa rural. Una vez conseguimos en Xauen la lámpara más grande de Marruecos y unos lavabos para nuestros aseos regresamos a Tetuán para terminar nuestras compras.
El primer día estuvimos con nuestra amiga Mouna en la medina de Tetuán echando un vistazo a la artesanía y mirando precios. También fuimos a visitar el Centro Artesanal de la ciudad donde había talleres de madera y telares.
Tetuán ha cambiado muchísimo desde la primera vez que visité Marruecos. Está muy limpia y cuidada y además ha sabido mantener su cultura y artesanía. Es una ciudad muy comercial perfecta para hacer compras. Cada día son más los turistas que hacen una parada en la ciudad blanca y compran artesanía de Tetuán. Hay incluso un itinerario artesanal por la ciudad, del que hablan aquí.
Mouna nos llevó a visitar algunos Riad (hoteles en antiguas viviendas) gestionados por españoles. Así pudimos coger ideas de cómo decorar con artesanía árabe. Estuvimos en El Reducto y el Riad Blanco y los baños y los patios interiores nos cautivaron.
En el taller de madera del Centro Artesanal nos habíamos enamorado de una mesa auxiliar fabricada en marquetería. Era un taller donde se fabricaban los típicos sofás y las mesas que adornan los salones marroquíes.
Mesita marquetería artesanía de Tetuán
Nos costó convencer al artesano de que nos vendiera sólo una mesa. Quería que nos lleváramos el conjunto entero (a mi eso me encantaría). Le explicamos que no podíamos transportarlo hasta España porque no nos entraba en el coche y afortunadamente nos entendió. Prueba superada, ya teníamos una mesilla para la habitación de las camas de forja.
Como habíamos disentido de comprar los espejos de forja ya solo nos quedaban las colchas. En este caso nos adentramos en la medina de Tetuán. Otra experiencia más en el mundo del regateo.
Cuando compras telas o alfombras en Marruecos también hay un ritual particular. Primero te ofrecen su vaso de te y luego comienzan a desenrrollar cientos de alfombras o colchas. A Julia, nuestra hija de tres años, le encantó la experiencia. Se escondía entre las colchas mientras nosotros tratábamos de elegir los colores. ¡¡¡¡Azules, verdes, marrones, grises¡¡¡¡
Cuando ya tienes la selección de lo que te vas a llevar comienza la negociación. Otra vez hay que buscar el equilibrio entre lo que el vendedor quiere ganar y lo que tu estás dispuesto a pagar. Siempre se respira cierta tensión y hay momentos en los que ellos y nosotros hacemos cálculos mentales. Pero cuando se llega al acuerdo siempre es un momento de relajación en el que ambas partes quedan contentas.
Nosotros aquel día nos fuimos muy contentos a casa con todas las colchas que necesitamos para nuestras camas en verano.
Y aquí tenemos en casa nuestra mesilla y nuestras colchas. Han viajado desde Tetuán, la ciudad blanca de Marruecos hasta Patones. Cuando termina la obra decorarán nuestras habitaciones.
Esperemos que a nuestros visitantes también os parezca buena idea decorar con artesanía marroquí nuestra casa rural.
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