Soy Juan José Puértolas, coordinador de fundraising de Global Humanitaria. Llevo más de un año trabajando en Global Humanitaria y no dejo de aprender y de sorprenderme cada día.
En primer lugar quería contaros mi historia como padrino. Hace unos días estaba colocando la ropa en el tendedor. Hacía mucho frío, estaba congelado y de repente se me acercó Victoria, mi pequeña traviesa de 2 años y con su carita más dulce de bebé me dijo: Papá, ¿te ayudo?
Se me caía la baba ante tanta ternura y enseguida me di cuenta de que teníamos que cultivar la solidaridad, esa cualidad que todos llevamos dentro y que necesitamos despertar.
Automáticamente hablé con mi esposa Renata y le propuse apadrinar un niño en Bodouakro. No tardó ni un segundo en responder con un escueto y rotundo SÍ.
Así Victoria se convertía en una de las madrinas más jóvenes de Bodouakro.
Para comenzar nuestra andadura nos encontramos con la 7ª comida solidaria de padrinos y amigos de Bodouakro. Menuda sorpresa tan insólita en este mundillo. La comida estuvo bien, pero solo era un pretexto para pasar un rato agradable entre amigos. Acudieron más de 40 personas llegadas desde todos los puntos de España para compartir una tarde lluviosa en Madrid. Que fantástico y admirable. Eso si fue una sorpresa de la que aprender.
Ya han pasado 15 días desde la comida y todavía dura la resaca. Y no me refiero a la alcohólica, sino al legado y al impacto que ha generado esta comida: Nuevos padrinos y simpatizantes. Sí amigos, la gran familia de Bodouakro crece y cada vez está más unida.
Quien conoce a esta irresistible gran familia queda atrapada por sus encantos. ¡Y no es para menos! Qué puede ser más bonito que ayudar a los más necesitados y además pasarlo bien junto a un grupo de personas con los que compartes un sueño común.
Mucha gente adoraría pertenecer a un grupo social tan simpático y humano como este. Y desde aquí les digo que se animen a conocernos. Estoy convencido de que también se les despertará la solidaridad y se unirán con pasión a esta gran familia.
Ha sido el primer evento al que asisto y lamentablemente sólo he podido conocer a unos poquitos padrinos, pero con seguridad os acabaré conociendo a todos. Compartir un sueño te acerca a las personas y crea fuertes lazos de amistad. Lleva años ocurriendo entre los amigos de Bodouakro y personalmente me gustaría contribuir a fortalecer y cuidar este grupo para que trascienda y perdure entre nuestros sucesores.
Considero que tenemos la obligación moral de involucrarnos en la sociedad y contribuir para asegurar una vida digna a todos los seres humanos. Con pasión y orgullo podemos seguir despertando la solidaridad de nuestro entorno y juntos podemos hacer que esta gran familia continúe creciendo.
Cuantos más seamos, menor será el esfuerzo para mover la rueda y antes conseguiremos generar la inercia suficiente para que gire sola. Este es el gran reto, apadrinar hasta que un día nuestro pequeño Bodouakro se haga mayor, sea autosuficiente y se independice. Todavía queda un largo camino por recorrer, pero llegará este momento, es ley de la naturaleza.
Eso sí, después de conoceros, estoy seguro de que cuando llegue este emotivo momento y ya no seamos necesarios en Bodouakro, estaremos tan emocionados y unidos que nos embarcaremos en una nueva aventura. Y estoy convencido de que seguirá fluyendo la solidaridad por las venas de esta gran familia.
Muchas gracias a todos por vuestra calurosa acogida. Victoria, Renata y yo nos sentimos privilegiados y orgullosos de unirnos a este reto. Ánimo a todos, sigamos empujando y que la rueda no pare nunca.
Pasión y orgullo.
Juan José Puértolas
Coordinador fundraising de
Global Humanitaria