En este orden de ideas, Manzano, (2018), plantea que “para el año 2050 el 70% de la población mundial vivirá en las ciudades o zonas urbanas, generando un incremento en la afectación de las condiciones ambientales de la población” generando una reflexión sobre qué tipo de ambiente queremos para poder vivir de manera digna y adecuada, por la degradación del impacto ambiental de los recursos naturales, lo que nos lleva a buscar nuevas fuentes alternas para obtener una ciudad sostenible, segura y más competitiva.
Estimación de la emigración Urbana para el año 2050
Manzano, I. (2018)En tal sentido, se hace necesario considerar la relevancia de mejorar la movilidad ciudadana en las grandes ciudades, a fin de disminuir los niveles de contaminación, como consecuencia del uso del transporte automotor y sus gases contaminantes para la colectividad. Por ello se plantea el uso de diversos modos de transporte que coadyuvan a la disminución de esta contaminación, entre los cuales se tiene el uso de la bicicleta, el vehículo eléctrico, vehículo a gas, entre otras medidas acordes a estos requerimientos de protección ambiental y ecológica. Ejemplo de ello, lo tenemos en las proyecciones de las ciudades del futuro.
Las Ciudades Inteligentes en Pro de la Sostenibilidad
Las ciudades Inteligentes o Smart Cities, se conocen como un fenómeno de implantación en el entorno urbano, bajo una serie de avances tecnológicos que permiten mejorar la relación con la ciudadanía. Por lo que se crea una red española de Smart Cities, para el año 2015, adaptable a la gestión y desarrollo urbano, a fin de hacer más habitable los conglomerados de la población urbana. Todo ello requiere: Un espacio urbano; un sistema de infraestructura; un complejo de redes de plataformas inteligentes y una ciudadanía que ejerza diferentes acciones. Es fundamental la implantación del concepto de sostenibilidad de las Smart Cities, la seguridad y la eficiencia de un sistema de transporte e infraestructuras adecuadas, así como la accesibilidad tanto nacional como internacional. García, (2015).Ciudades Inteligentes
Cambios de Tecnología Vehicular como Estrategia de Ahorro Energético
La Bicicleta como Medio de Movilidad Ecológica
La bicicleta está considerada, desde su origen, como un medio de transporte que contribuye al desplazamiento ecológico por la Ecomovilidad con relación a la motorización, representando el 60 o 70% de su uso en aquellas ciudades pequeñas. En España se realizó un estudio denominado Plan de Vías Ciclistas de Guipúzcoa, donde se distinguieron diversas tipologías de usuarios según su desplazamiento y el uso asignado. También en otros lugares de Europa se tiene el uso extendido de la bicicleta, ya que existe una conciencia social y mayor sensibilización del uso de un transporte ecológico. Rojas (2016).Bicicletas Ecológicas
Movilidad Vehicular
En relación con la movilidad vehicular, en España se crearon los Planes de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), lo cuales una herramienta de reciente implementación, a fin de impulsar nuevas formas de movilidad urbana, en un entorno cada día más difícil. Desde la redacción del Programa 21, en el marco de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrado en 1992 en Río de Janeiro, se ha considerado el impacto que el transporte urbano genera en el planeta, así como la necesidad de reorientar el modelo de movilidad con el fin de reducir la afectación ambiental.Por ende, los PMUS son una herramienta orientada a planificar la movilidad en España como estrategia de ahorro y eficiencia energética. Esta estrategia propone criterios de planificación donde los usuarios más vulnerables sean los que determinen la organización del espacio público, ya que sus necesidades definen el modelo de movilidad del futuro. Dentro de los fines fundamentales de los PMUS se tienen, según Vega (2019):
Dar respuesta a las demandas de movilidad derivadas del envejecimiento de la población y de las personas con discapacidad; Frenar el modelo urbanístico disperso; Frenar el sedentarismo; Frenar el cambio climático; Mejorar la calidad del aire; Disminuir el ruido ambiental; Hacer más seguras las ciudades.
Todas estas estrategias conllevarían a un cambio de paradigma inherente con la movilidad urbana, donde la metodología y los criterios aplicados, se fundamenten en la sostenibilidad ambiental y así mejorar las condiciones de los peatones, ciclista y de los usuarios de transporte público y privado.