Para los que no habéis pasado por eso os diré que consiste en meter tu vida en cajas manteniendo el optimismo hasta el final, y con esto me refiero a que si calculas que llenarás 20 serán 60, aunque sigues sin explicártelo aun después de llenarlas ¡, y con niños ya… se pierde la cuenta entre juguetes, esterilizadores, humificadores, construcciones, puzzles, todo tipo de acuarelas, sillas, sillitas…
Nosotros aprovechamos para simplificar más las cosas cada vez que nos cambiamos y vamos abandonando por el camino aquellas que nos gustan pero que no usamos, esas cosas que compras en los viajes cuando te vienes arriba o que requieren muchos cuidados y no les destinamos el tiempo que merecen. Porque como dice el padre de familia “las cosas son cosas”.
Ya que teníamos a las niñas por medio hemos querido que vivieran que pensamos en los demás cuando algo no lo vamos a usar, empezando por cosas nuestras y siguiendo por los juguetes. Estábamos contentos pero nos duró poco porque entonces fue cuando la mayor concluyo entre cucharada y cucharada de yogurt “Entonces ser bueno es dar lo que no queremos”.
y decidimos “recalcular ruta” y proponernos un reto bajo el lema “ser solidario es dar lo que el otro necesita”.
Y como por logística iban a estar cada día con un abuelo, tío, vecino… hicimos una lista de qué necesitaría cada uno. ¿ os acordáis de la película Amelie? , pues esa idea !.
La experiencia fue estupenda pero sobre todo muy divertida. Es genial escuchar a los niños exponer las necesidades que tienen gente que ellos conocen bien. No podéis dejar de hacerlo pero eso sí, dejarles carta blanca para saber su opinión. En casa salió desde ayudar a la abuela a hacer la comida porque cocina para todos hasta contar algo que le haga sonreír a otro miembro de la familia ¡ cómo no lo hemos hecho antes!.
Y es que no hace esperar grandes oportunidades para sembrar la semilla de la solidaridad pues siempre cerca alguien necesita que le des sin poder comprometerse a responder por ello. En esta generación tan virtual es importante decir tiempo a ponernos con nuestros hijos en los zapatos del otro.
Y como esta entrada ha tenido más texto y menos foto de lo normal os quiero regalar este descubrimiento que me encantó cuando lo leí de la mano de “La madre tigre” que me encanta por su inteligencia y lo poco que le importa dar sus opiniones, esa fuerza que tiene que tanto admiro. Para darnos cuenta de la suerte de nuestros hijos, que se den cuenta ellos y que ocupemos un pellizco a ser solidarios.
Sin más, os dejo con este corto de Iciar Bollarin
Gracias a mi familia, amigos, vecinas…por lo solidaria que han sido con nosotros estos día
¡ Felices sencillos momentos solidarios !
María de Maybeadream.
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