La atmósfera está sobrepoblada de gases que, en menor medida, no son dañinos, incluso benefician al regular la temperatura de la biosfera. Pero el problema viene cuando la barrera que crean estos gases se hace tan densa que atrapa más rayos solares de los que deben. Es entonces cuando se produce el calentamiento global.
No es un tema para tomárselo a broma, los efectos son visibles, y en los próximos años serán mucho peores si no tomamos medidas. Islas como las Seychelles, las Maldivas pueden ser engullidas por el mar. Ciudades como Venecia y países como Holanda serán museos submarinos. Las selvas amazónicas y africanas dejarán de ser pulmones del planeta. Los glaciares del norte del continente americano se están extinguiendo como pasará con cientos de especies animales y vegetales. ¡Nosotros mismos desapareceremos antes de lo previsto!
Con pequeños gestos podemos ralentizar los efectos. Reciclar, ahorrar luz y agua, usar el transporte público... parecen cosas muy simples, pero si ponemos de nuestra parte podremos frenarlo. ¡Juntos podemos lograrlo!