Los perros se ligaron a los seres humanos por primera vez en Asia Central de acuerdo con un nuevo estudio sobre la diversidad genética de estos animales domésticos. Estudios anteriores sugerían que la domesticación se dio en varios lugares, como China, Siberia, Europa y el norte de África. El ancestro común de los perros fue un lobo gris de Eurasia, el primer animal domesticado, que acompañó a los seres humanos desde hace cuando menos 15 000 años.
Laura Shannon, de la Universidad Cornell, y un equipo internacional de expertos, entre los que se encuentra Lucía Pérez, investigadora del Instituto de Biología de la UNAM, llevaron a cabo durante siete años un estudio en el que tomaron muestras de sangre de 5 392 perros, la mayoría de razas puras, y 549 callejeros, que vivían en comunidades en 38 países de seis continentes.
Los perros pertenecen a dos grupos: los de razas puras y los que rondan por pueblos y comunidades, sin dueño. Éstos son más diversos genéticamente, lo que los convierte en piezas clave para entender la historia de nuestros compañeros caninos.
Después de analizar más de 185 000 marcadores genéticos de las muestras de sangre colectadas, el equipo concluyó que los perros se domesticaron por vez primera en Asia Central, en algún lugar cercano a Nepal, porque en esta región encontraron la mayor diversidad genética y ésta disminuía conforme se alejaban de esta zona. Cuando una especie animal se domestica se pierden algunos genes. Sólo una fracción del grupo original de perros que rondaban las aldeas humanas se desplazó cuando las personas se movieron a otros sitios. Estos perros no poseían toda la carga genética del grupo original que dejaron atrás, es decir que los perros que migraron no se llevaron todos los genes de su comunidad a su nuevo hogar, y al irse alejando se aislaron genéticamente de ellos.
Los resultados de esta investigación, publicada en octubre en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, nos hablan de la historia que dio origen a la enorme variedad de razas de perros que existen actualmente, pero también de los efectos que tuvo en otras especies el continuo deambular del ser humano por el planeta.
Fuente: UNAM