Cuando comenzamos con el proyecto de rehabilitación de la cuadra para crear una casa rural ecológica pensamos como primera opción la banca ética. Preguntamos en un banco tradicional y en dos bancos éticos.
En la banca tradicional el proyecto les interesó más bien poco. Lo primero era rellenar los formularios de declaración de bienes y hacer el estudio de viabilidad. La verdad es que no nos gustaba la idea de que nuestro dinero nos los prestaran uno de los principales causantes de la crisis.
Fuimos entonces a un banco ético que además está en plena expansión. Fue muy difícil conseguir una primera entrevista para presentarles el proyecto. Y lo que nos explicaron es que los criterios éticos eran simplemente tener la certificación energética tipo A (que por supuesto teníamos) y después rellenar los formularios de declaración de bienes. Tras la entrevista pasamos meses duros intentado ponernos en contacto con ellos para que nos respondieran dudas pero nunca obtuvimos respuesta… la final desistimos.
Menos mal que en nuestro pueblo vecino, Torremocha, un banco ético había financiado el centro social de convivencia para mayores Trabensol. Nos pusimos en contacto con ellos y nos contaron su magnífica experiencia. También contactamos con el banco y después de enviarles nuestro proyecto se pasaron a conocernos a nosotros y nuestra cuadra.
El siguiente paso fue responder un cuestionario socioambiental para que un comité de la cooperativa conociera nuestra sensibilidad social, ética y ambiental. Fue solo cuando conocieron nuestro compromiso y proyecto, cuando comenzamos con los estudios de viabilidad. Han sido muchos meses, ¡¡¡casi un año!!!! rellenando formularios, enviando documentos, buscando papeles. Pero hoy por fin podemos decir que nuestra casa rural ecológica tiene una financiación ética y ya estamos un pasito más cerca de ir cumpliendo nuestro sueño.