Durante los primeros días de junio, hemos celebrado una serie de días señalados asociados con el medio ambiente: El Día mundial de los océanos, el Día mundial del Medio ambiente, en Día de la biodiversidad, la semana sin plásticos... Son fechas marcadas en el calendario para crear conciencia, para dar visibilidad a los problemas que afectan al mundo tal y como lo conocemos y que es muy fácil olvidar entre las preocupaciones inmediatas del día a día.
Pero este año algo parece haber cambiado. La infancia y la juventud ha decidido alzar su voz y unirse al movimiento Fridays For Future. Se han dirigido a los gobiernos e instituciones internacionales para que actúen y tomen medidas reales contra el cambio climático y el calentamiento global.
Greta Thungberg, la niña que impulsó Fridays For Future
Todo empezó con la jovencísima Greta Thungberg, una adolescente sueca que, con 15 años, consternada por la devastadora huella que estaba produciendo la contaminación en nuestro planeta, decidió hacerse oír. En agosto de 2018, a pocos días de las elecciones generales de Suecia, inició una huelga estudiantil por su cuenta. Acudía cada día a la puerta del Parlamento con un cartel que versaba: Huelga escolar por el clima.
Su protesta demandaba que el Gobierno cumpliera el acuerdo de Paris, un acuerdo ratificado en 2016 donde 96 países, mas la Unión Europea, se comprometían a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de cara a 2020. Sin embargo, se están haciendo muy pocos cambios y esfuerzos para cumplir con el objetivo. Por eso, Greta, después de las elecciones, mantuvo su huelga todos los viernes, acuñando el slogan Fridays For Future, que captó la atención de todo el mundo.
Niños y adolescentes de todo el mundo se unen al movimiento
El germen de la idea de Thunberg empezó a crecer. Consiguió inspirar a jóvenes de todo el planeta que se unieron huelgas estudiantiles cada viernes. Ya como movimiento Fridays For Future, convocaron una gran huelga el 15 de marzo. Ese día llegaron a unirse 1,4 millones de personas, la mayoría estudiantes, de 2.233 ciudades en 128 países. Repitieron la huelga el 26 de mayo, justo antes de las elecciones europeas, que se secundó de nuevo en 125 países.
La llamada de Greta Thunberg ha calado en los niños y jóvenes de todo el mundo. Son conscientes de que, si se mantiene este ritmo de destrucción mediambiental, disfrutaremos por poco tiempo del mundo tal y como lo conocemos, afectando también a las personas en forma de pobreza, desigualdad, desnutrición y enfermedad.
Los jóvenes lo tienen claro, y piden acciones responsables a aquellos que tienen poder de cambiar las cosas. Ese nuevo movimiento juvenil no sólo ha dado visibilidad al problema, y ha despiertado conciencias. Los jóvenes han reclamado ser escuchados porque, al fin y al cabo, tienen ese derecho. Son ellos y todas las generaciones venideras quienes sufrirán las consecuencias de la falta de acción por proteger el medio ambiente.
Imagen: Marti Johnson