Empezamos por un café con hielo y nos ponemos a hablar sobre el blog, de ideas nuevas para la próxima temporada. María es periodista pero se dedica a la comunicación y pronto se nos abre un abanico de posibilidades que nos hace tanta ilusión como el estreno de la última de la saga de Star Wars, de la cual somos fans, o ver en la Scala una de Verdi.
Siempre fue una niña muy independiente y, por lo que me cuenta, puedo adivinar que heredó la sociabilidad de su padre y el amor por la lectura de su madre. Hablamos de cine, música, libros y sus gustos son tan eclécticos como sus sueños que van desde viajar a Nueva York como ir a Bodouakro a ver a su ahijada (sé que este es su deseo más preciado). Y cuando me habla de África, sonrío porque su reflexión abarca todo. Es un continente superrico, con unos recursos increíbles pero que nos hemos cargado por nuestra codicia. Es el pasado, porque ahí nació la humanidad y grandes imperios como el egipcio; y es el futuro, por el enorme potencial y la riqueza que tiene. Es la aventura, la belleza y el contraste en todos los sentidos; por eso, también es la pobreza, las radicales diferencias sociales, las guerras, las enfermedades y el hambre, la explotación y las dictaduras. Y tiene tanto potencial humano, social y de todo tipo...
Necesitamos una cerveza y a por ella vamos. Seguimos hablando de los proyectos y de sus almas que, como todos ya sabéis, son nuestras Aidén y Cristina. A la primera la considera una Amiga con mayúsculas. Discreta, inteligente, lista como ella sola, solidaria, muy buena gente, con un corazón que le rebasa el cuerpo, divertida, sabe escuchar, negociadora nata,... es alguien muy especial. Y la segunda representa el tipo de profesional que le hubiera gustado ser, aunque a María la tele no le va mucho. Como persona destaca su solidaridad, inteligencia, con un corazón enorme, impaciente y con las ideas muy claras. Junto con Aidén cree que hacen el tándem perfecto. Tándem que al final convierte en un microbús con el que queremos viajar a Bodouakro donde incluye a los padrinos y madrinas a los que admira y respeta.
Acabamos con una copa. Se nos ha hecho de noche y ha caído un tormentón que la ha dejado no muy fresquita pero agradable para seguir charlando y riendo. Porque otra cosa no, pero con María puedes hablar cualquier tema y siempre acabas con la sensación de que eres un poquito más rico en todos los sentidos, menos en el físico.