Nació en Rusia, vivió gran parte de su vida en la India, fundó una escuela de yoga en China y fue la maestra de grandes figuras de Hollywood, como Rita Hayworth, Greta Garbo, Gloria Swanson y Yul Brynner.
Era conocida como la "dama del yoga" y difundió esta disciplina en Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile, México, España y Alemania. Publicó una decena de libros sobre el tema.
Eugenie Peterson -su nombre original- provenía de una familia de la aristocracia, de madre artista y padre de origen sueco.
En 1920, durante la guerra civil, ella y su madre salieron de aquel país para establecerse en Alemania, donde Eugenie entró a formar parte del elenco de un famoso teatro ruso. Se ganaba la vida como mimo.
Su gran sueño se cumpliría en 1927, cuando viajó a la India. Desde pequeña se sentía atraída por la cultura y la espiritualidad de aquel país, en el que vivió durante 12 años, primero como visitante, luego como esposa de un diplomático extranjero y más tarde como estudiante de yoga.
Indra Devi se acercó a esta disciplina después de haber sido curada por medios yóguicos de una dolencia del corazón. Comenzó a dar clases y conferencias sobre el tema, y así fue conocida como la primera occidental que enseñaba yoga en la India.
Conoció personalmente a Mahatma Gandhi y al gran poeta Rabindranath Tagore. Cuando su marido fue trasladado a China, Indra Devi abrió la primera escuela de yoga en China, en febrero de 1939. En 1953 se casó en segundas nupcias con Sigfrid Knauer, un distinguido médico y humanista.
Indra Devi llegó a la Argentina en 1982. Tres años más tarde se radicó aquí y comenzó una amplia tarea de difusión en varias ciudades, en Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile, México en América, y España y Alemania en Europa. "¿Por qué este país?" -le preguntaron-. "¡Simplemente porque me gusta!", respondió.
En junio de 1988 creó la Fundación Indra Devi, Yoga, Arte y Ciencia de Vida. Allí vivió y escribió su libro "Sai Baba y yo", donde relata el encuentro con el líder religioso. "Sai Baba no tiene explicación -escribía Indra- entonces yo no pregunto, simplemente acepto. La mente humana no está en condiciones de alcanzar el misterio, sólo puede sentirlo."
Devi daba charlas para ignotos en yoga y, al cabo de dos horas de reunión con ella -durante las que no sólo hablaba, sino que también preguntaba-, la mayoría de los oyentes sentía que esa pequeña mujer sabía muchas cosas de la vida y, lo que es más curioso, de la vida de uno. Por más que fueran muchos los asistentes, solía mirar a los ojos cuando hablaba.
Su dilatada tarea sigue hoy en día con inagotable energía y con profundo Amor transmitiendo el yoga, tal cual lo entiende y como único método para el desarrollo integral y armónico del ser humano, en su aspecto físico, mental y espiritual, para poder tener una vida sana y feliz, sin enfermedades, tensiones, stress y sobre todo sin miedo tanto a la vida como a la muerte.
Como embajadora del Yoga en el mundo, recibe en 1994 el premio Obelisco de Oro en el Centro Cultural San Martín. Su figura se vuelve cada vez más reconocida y es así como diarios, revistas, programas de radio y televisión la llaman continuamente para realizarle reportajes. En 1995 es convocada para la foto de la revista Gente con los personajes del año y el suplemento Clarín Mujer la elige como una de las mujeres más importantes de 1998.
A partir del año 2001 fue reduciendo su actividad pública remitiéndose esta solamente a recibir alumnos y publico en general, en pequeños grupos. Siguió así con su dilatada tarea, casi hasta a punto de cumplir los 103 años, con inagotable energía y con profundo amor, transmitiendo el Yoga tal cual lo entiende y como único método para el desarrollo integral y armónico del ser humano, en sus aspectos físico, mental y espiritual, para poder tener una vida sana y feliz, sin enfermedades ni tensiones ni stress, y sobre todo sin miedo, tanto a la vida como a la muerte.
Cuando nos preguntan como podríamos resumir el mensaje que nos dejo su paso por este plano de la materia, podemos sintetizarlo en aprender a disfrutar EL AQUÍ Y AHORA, NO PREOCUPARNOS POR LO QUE YA PASO, NI POR LO QUE PUEDE LLEGAR VENIR, SINO SUMERGIRNOS Y REGOCIJARNOS CON TODO NUESTRO SER EN EL ETERNO PRESENTE.
-Fuente Fundación Indra Devi-
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