por Raul Mannise · 26/12/2014
El ser humano, en su afán de superioridad decidió en algún momento que las hojas secas eran algo feo, entonces alguien mas vio la posibilidades de esto, carretillas, escobas de jardín y hasta sopladores eléctricos y a gasolina.
Incapaces de ver la bellaza y la vida que albergan estas hojas, hoy millones de personas juntan y tiran a la basura estas hojas.
Hoy ya es una costumbre fuertemente establecida y normal, incluso hay gente que para no tener la molestia de recogerlas simplemente las junta y la quema, emitiendo de paso una buena cantidad de CO2 a la atmósfera.
El tema es que nadie se puso a pensar en que esta fea costumbre de los arboles en tirar sus hojas al suelo, que sucede desde hace millones de años, tiene su importancia y juega su pequeños papel en eso que llamamos ecosistema.
Resulta que las hojas que el árbol regala al suelo tienen varias funciones sirven de cobijo y alimento a muchas otras especies, entre ellas mariposas, salamandras, ardillas, tortugas de tierra, sapos, musarañas, lombrices y otras criaturas viven, ponen huevos y comen de las hojas.
Los propios arboles se alimentan de la descomposición de la hojas y de lo que generan todos esos seres que viven de la hojas.
Es por esto que en Estados Unidos, la Federación nacional por la vida silvestre alienta a la gente que por el bien del medio ambiente y las ya bastante vapuleadas mariposas, no quiten las hojas que por algo caen en nuestros jardines.
Es hora de darnos cuenta que no somos mas listo que la naturaleza ella nos creo y estaba mucho antes que nosotros y estará mucho después que nosotros.
Si por motivos egoístas no pueden tolerar el ver las hojas al menos compostenlas en vez de quemarlas o aumentar los rellenos sanitarios ya bastantes colmados de las ciudades.