Hay un motivo fundamental por el que es totalmente necesario reciclar materia orgánica: tanto los restos de alimentos como los restos de poda tienen en común que se degradan o descomponen pasado un cierto tiempo debido a la acción de bacterias y otros microorganismos.
Los gases que se producen durante esta descomposición son principalmente dióxido de carbono y metano, ambos gases de efecto invernadero, causantes del calentamiento global y el cambio climático El metano, en concreto, es un gas cuya emisión es especialmente preocupante ya que tiene un potencial de calentamiento global 21 vecesa superior al del dióxido de carbono.
De modo que si los residuos orgánicos que generamos en nuestros hogares no son separados y reciclados de forma apropiada, acaban siendo depositados en vertederos, donde se degradan emitiendo estos gases a la atmósfera.
Por si fuera poco, el vertido de la basura orgánica puede ocasionar problemas de contaminación de las aguas, afectando a la vida de nuestros ecosistemas. Todos estos impactos ambientales negativos demandan la toma de medidas de gestión y tratamiento específicas para la fracción orgánica, tanto a nivel gubernamental pero sobre todo a nivel de cada una de nuestras casas. La lombricultura es un forma de reciclaje sencilla, segura, económica y apropiada parta realizarse en espacios pequeños. Y sobre todo muy eficaz para reciclar la facción orgánica de los residuos domésticos.