También me crucé con personas que iban comiendo fruta cortada varias horas o días atrás en unos recipientes de plástico de usar y tirar con tenedores de plástico de usar y tirar. De pie, caminando y con los tenedores de plástico se les hacía bastante difícil pincharla y esto a su vez dificultaba bastante la conversación. De la basura prefiero ni hacer comentarios.
En el metro, muchas personas con cara y gestos cansados cargaban con varias bolsas llenas de prendas de baja calidad que no necesitaban y probablemente nunca se iban a poner compradas en tiendas de moda rápida. A su lado, el resto del vagón mirábamos el móvil con los cascos puestos para ver las últimas publicaciones del instagram, consultar el correo por enésima vez o comprar algo que no necesitamos.
Así que yo lo que le pido al año que viene lo tengo claro. Le pido que todos los cafés se tomen sentados tranquilamente en la barra o en la mesa de un bar, con taza y cuchara de las de lavar y usar hasta que se rompan. Le pido fruta fresca y de proximidad y un cuchillo para pelarla yo misma, tranquilamente, sentada. Le pido comprar muchísimo menos y nunca por impulso, sino porque lo necesito y creo en el proyecto que estoy financiando con mi dinero. Le pido desconectar, aprender a no hacer nada, mirar a las personas que tengo a mi alrededor y estar más donde realmente estoy.
Un año de buena calidad, como todos los objetos de buena calidad, tendrá efectos positivos en los siguientes años, más espacio para vivir experiencias de esas que nos dan felicidad, una substanciosa reducción de residuos y una considerable conexión con el planeta de esas que sientan de maravilla :)
¡Feliz 2019!