¿Qué es el piloto automático? Es hacer las cosas como siempre, sin poner conciencia. A nuestro cerebro le encanta el piloto automático porque requiere poco consumo de energía. El peligro del piloto automático es que quizás tienes hábitos y rutinas en tu día que no te benefician pero al no ponerle conciencia no las cambias.
Quizás acostumbras a ver Netflix hasta tarde por la noche lo que hace que duermas poco y al día siguiente te levantes ya con déficit de sueño.
Quizás llenas tu agenda de reuniones y actividades una tras otra dejándote agotada y sin tiempo para descansar y recargar.
Quizás comes cualquier cosa rápido y corriendo.
Quizás sigues enfadándote por las mismas cosas o personas una y otra vez.
El piloto automático, cuando está bien “afinado, es perfecto. Cuando adoptamos hábitos buenos para nosotras y los hacemos sin esfuerzo, ¡qué maravilla!
El problema es cuando nos estamos dando una y otra vez contra una pared y no cambiamos la dirección. Ahí es cuando debe entrar el poner conciencia al “problema” o “evento” en sí y realizar los cambios pertinentes.
Pero ¡qué duro y difícil es cambiar de hábitos!, ¿verdad? Es como que tenemos una fuerza enorme que nos lleva a repetir los mismos hábitos una y otra vez. Es el camino neuronal que hemos creado en nuestro cerebro, que de tanto repetirlo ya va solo. Y cambiar ese camino neuronal requiere energía y esfuerzo.
Veamos los pasos para cambiar un hábito dañino: